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Columna
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British Airways sigue luchando por su vida

British Airways (BA) se ha convertido en una de esas compañías atrapadas en un inacabable proceso de reestructuración. La aerolínea británica ha sufrido a lo largo de los años numerosas oleadas de recorte de costes. Pero la necesidad de ajustes es ahora más urgente que nunca. Las ventas cayeron un 14% en la primera mitad del año, pero los costes no menguaron a tiempo para impedir una cifra récord en las pérdidas antes de impuestos: 292 millones de libras. Y eso que se trataba de los normalmente buenos meses de verano.

Willie Walsh, el consejero delegado de BA, ha respondido a la vieja usanza: reducción de plantilla, retrasar los gastos de capital y recortar la capacidad. Los costes -descontando carburantes- han caído en 275 millones en lo que va de año, siendo 220 millones el objetivo anual.

Pero dichos logros son demasiado pequeños y llegan demasiado tarde como para evitar que haya grandes pérdidas a finales del año que acaba en marzo de 2010. BA espera que los ingresos caigan en 1.000 millones de libras. Igual que sus competidores europeos, BA tardó demasiado en deshacerse de las rutas poco rentables a instancias de la caída de demanda.

La productividad laboral es aún uno de los grandes desafíos de la compañía. BA obtuvo 3,97 libras por cada libra gastada en empleados durante el primer semestre, contra las 4,25 cosechadas en el periodo previo. Se encuentra ahora inmersa en un prolongado clima de guerra con los sindicatos con motivo del plan de reducción de 3.000 empleos para marzo de 2010. Se avecinan huelgas.

Si hay alguna buena noticia en todo esto es que la situación es tan mala para los trabajadores como para la compañía. El tráfico de alta calidad, que representa prácticamente la mitad de las ventas, parece ahora estar estabilizándose tras caer durante 14 meses consecutivos. Esto normalmente es la antesala de billetes más baratos. Y la noticia fue suficiente para elevar el viernes por la mañana un 6% las acciones.

Pero BA aún está dedicándose a sobrevivir. Y tampoco puede confiar en que las fusiones y adquisiciones le ayuden a salir del agujero. Es difícil imaginar cómo puede cerrar el tan esperado acuerdo con Iberia en este estado, incluso si los términos generales del trato se cierran pronto. En cualquier cosa, la aerolínea española también está perdiendo dinero. La alianza entre BA, American Airlines e Iberia está siendo seguida con lupa por los observadores internacionales. Las acciones han caído un 15% desde el pico de septiembre. La recuperación aún no está a la vuelta de la esquina.

Fiona Maharg-Bravo

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