El crudo: un placer de tres dígitos
A unos 80 dólares el barril, el petróleo está cerca de resultar demasiado caro para el mundo. Arabia Saudí y el resto de grandes productores deberían estar pensando en aflojar el ascenso del precio del crudo. Pero seguramente estarán contentos de ver cómo el crudo cotiza al alza.
La mayoría de Estados del Golfo, así como Rusia, equilibran sus presupuestos con el barril a 60 dólares. Los dirigentes saudíes han sugerido que 75 dólares es el precio correcto -lo suficientemente alto como para evitar que los clientes se impacienten, pero también lo suficientemente bajo como para que no piensen demasiado en empezar a explotar energías alternativas-. El secretario general de la OPEP, Abdalá Salem el-Badri, ha sugerido que se necesita que suba hasta los 80 dólares para mantener las inversiones en el negocio.
El precio actual puede no estar por encima de los objetivos de todo el mundo. Pero el aumento del 20% en menos de un mes sugiere que ha llegado el momento de que los grandes productores reconsideren su resistencia a subir la producción.
Lógicamente, a ellos no les cuesta nada encontrar justificaciones para abogar por precios incluso más altos. El-Badri señaló que el precio medio del barril fue de 57 dólares en 2009, muy por debajo de los precios deseados por la OPEP. La debilidad del dólar reduce el poder de compra del barril a 80 dólares. Y quizá los productores necesiten pagar grandes deudas.
Eso sí, si los productores quisieran inundar el mercado tendrían serios problemas para hacerlo. El reciente rally ha llegado incluso a pesar de los amplios inventarios con que se contaba. La estrecha colaboración entre los productores ha mantenido tradicionalmente la oferta y la demanda del petróleo bastante equilibradas.
Desgraciadamente, esta pauta ya nos es familiar. Cuando los precios llegaron bastante más allá de los 100 dólares coincidiendo con la llegada de la crisis financiera, los analistas explicaron el alza de los precios con teorías de una inminente contracción de la oferta causada por la gigantesca demanda de las economías asiáticas. En realidad lo que mandaba en el mercado era la gran oferta de dinero -de fondos bursátiles y compradores industriales-. Si la liquidez continúa fluyendo, una de las cosas que pueden pasar es que se vuelva a llegar a unos precios del crudo de tres dígitos. Y a los grandes productores no les preocupará demasiado el no ser capaces de evitarlo.
E. Hadas y U. Galani