Pasos tímidos para acabar con el proteccionismo
Uno de los objetivos que persigue el G-20 es alejar el fantasma del proteccionismo. Algo que no se ha conseguido hasta el momento. La aceleración de la crisis ha tenido un efecto terrible sobre los intercambios comerciales que han caído un 10% en lo que va de año. Se trata del primer descenso desde 1982 y ha desencadenado una oleada de medidas proteccionistas por parte de los países desarrollados para protegerse de la debilidad del comercio.
Subida de aranceles, restricciones a las importaciones o subsidios a la industria. Cualquier medida es poca para intentar revitalizar unos intercambios debilitados por la falta de pedidos. Las medidas proteccionistas se han sucedido sin control: la UE impuso un arancel a las bolsas de plástico chinas, China prohibió la entrada de juguetes indios o Corea ha subido los aranceles del petróleo, entre otros casos.
Todo ello pese a que en noviembre de 2008, el G-20 firmó una declaración en la que se apostaba por una defensa del libre comercio y la prohibición de restricciones. Una declaración que se ha quedado en papel mojado a tenor de lo aprobado desde esa fecha. En menos de un año, se han tomado 192 medidas contra el libre mercado, de las que 121 corresponden a miembros del G-20.
Tensión entre China y EE UU
Los más activos a la hora de aprobar medidas proteccionistas han sido precisamente los países más exportadores, que han visto como sus ventas se han desplomado. En primer lugar se sitúa China, con 99 medidas en los últimos doce meses, seguida por EE UU (86), Alemania (84), Francia (78) y Japón (78). Ayer, el gobierno chino anunció que investigará las importaciones de carne de pollo estadounidense al país asiático por posible dumping.
EE UU fue el primero que hizo un llamamiento a sus ciudadanos para comprar productos nacionales con el fin de reanimar la demanda interna. Esa vía también la intentó explotar, sin demasiado éxito, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, quién pidió en 2009 a cada español que comprara productos nacionales por valor de 150 euros para evitar que se perdieran 7.000 millones en consumo y se destruyeran 120.000 empleos.
Ahora, el G-20 se ha comprometido a impulsar un acuerdo sobre la Ronda de Doha, antes de fin de 2010, en un nuevo intento de reactivar el comercio mundial.
Mientras tanto, brillan los millones planes de estímulo fiscal aprobados por la mayoría de países desarrollados para intentar dar algo de oxígeno a la industria y a la banca local. En total se han gastado siete billones de euros y la cumbre de Pittsburgh ha confirmado que se mantendrán hasta que la recuperación se consolide.