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5d Inversión

La banca continúa purgando los excesos

El rastro de la quiebra de Lehman dejará entidades más reguladas y con beneficios más modestos

Hace un año que la banca internacional se salvó de la debacle, de un caos que parecía fuera de control pero al que los bancos centrales pudieron poner freno a tiempo. Desde entonces, el negocio bancario no ha vuelto a ser el mismo y se ha despedido para siempre de figuras que, como los bancos puros de inversión estadounidenses, han dejado de existir. Pero sobre todo, la continuidad de la actividad bancaria ha exigido un duro proceso de saneamiento que aún no ha concluido y cuya finalización va a ser determinante para la salida de la crisis económica actual.

Los bancos han sido el epicentro del terremoto que ha sacudido la economía mundial desde el verano de 2007 y también los principales beneficiarios de los planes de rescate que pusieron en marcha los principales países desarrollados. Estados Unidos, donde se incubaron las hipotecas subprime que contagiaron de activos tóxicos a la banca mundial, ha destinado más de 700.000 millones de euros al saneamiento de su sistema financiero, después de la suspensión de pagos de Lehman Brothers, de la intervención en AIG y de operaciones corporativas que redibujaron el mapa bancario del país, como la compra de Merrill Lynch por parte de Bank of America o la de Bear Stearns por JP Morgan. "Los bancos todavía tienen que rehacer sus balances y siguen necesitados de más capital. Los problemas persisten, aunque a una escala menor", señala Juan José Dolado, Catedrático de Economía de la Universidad Carlos III. Para Lorenzo Dávila, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles, "la banca está muy lejos de los momentos de la quiebra de Lehman, fue el momento más peligroso, en que se temió por una crisis sistémica de verdad. Pero un año después, en Estados Unidos aún no se ha cerrado el proceso de desapalancamiento, lo que resulta preocupante".

En sus primeras estimaciones, el FMI calculaba en un billón de dólares el volumen de activos tóxicos de la banca mundial pero en abril elevó la cifra a cuatro billones, unos tres billones de euros. El proceso de saneamiento de la banca sigue abierto, pero ha encontrado valiosos aliados que lo están haciendo menos doloroso. En EE UU se suavizó la normativa contable por la que se obligaba a los bancos a valorar sus activos a precio de mercado, lo que está permitiendo unas menores provisiones por la pérdida de valor de los activos pero también una menor eficacia a la hora de dar una imagen fiel y en profundidad de los balances. En España, la banca ha incorporado a sus balances numerosos inmuebles de promotores en peligro de caer en suspensión de pagos, con lo que está conteniendo el avance de la morosidad y retrasando las correspondientes dotaciones por insolvencias. "Hay cierto maquillaje de los balances. Y en la banca española es más grave en términos relativos que en la estadounidense", señala Juan José Dolado. En su opinión, los problemas que todavía persisten en la banca podrían provocar una recuperación económica con altibajos. En este sentido, Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano, añade que "es posible que asistamos a pequeñas crisis financieras en los próximos años puesto que la banca estadounidense aún tiene que purgar excesos".

La financiación todavía no fluye, lo que dificulta la recuperación de la economía mundial

A la vista de los resultados del primer semestre del año de la banca europea, Deutsche Bank destaca que han sido mejores de lo previsto y que se ha normalizado el saneamiento de activos tóxicos. Pero hace también una advertencia: los bancos europeos no están aún en condiciones de satisfacer la demanda de crédito y de implicarse por tanto en la reactivación de la economía. "Esto crea un riesgo e incrementa las opciones de que la relajación de la política monetaria se mantenga durante demasiado tiempo", en opinión del banco alemán.

Deutsche Bank añade que las perspectivas para los bancos estadounidenses y europeos son decididamente duras, puesto que el sector se enfrenta no sólo a la crisis económica sino a una regulación mucho más severa. El Gobierno de Barack Obama anunció en junio la mayor reforma financiera desde la Gran Depresión, en la que se refuerza a la Reserva Federal como supervisor de las entidades financieras, incluidos los hedge funds, y se elevan las exigencias de capital y liquidez, en un esfuerzo por prevenir crisis futuras. En Europa, las propuestas van en la misma línea e insisten en la necesidad de reforzar la solvencia y la transparencia de las instituciones financieras. El objetivo a ambos lados del Atlántico es contar con bancos más solventes, aunque el aumento de las exigencias suponga que el sector ganará menos dinero en el futuro.

Y mientras se concreta la reforma regulatoria, la retribución variable de los ejecutivos bancarios, que contribuyó a la búsqueda del máximo beneficio posible y a la ingeniería financiera que creó la burbuja subprime, sigue a debate un año después y promete ser uno de los asuntos más espinosos de la cumbre del G 20 que se celebra a finales de este mes. Los intentos políticos por ponerle freno aún no han cristalizado y en EE UU hay bancos como Goldman Sachs que, una vez han comenzado a devolver las ayudas públicas recibidas, aprovechan para elevar el bonus.

Banca española

"La reforma regulatoria en Estados Unidos está siendo profunda y en Europa las cosas van más espacio, hay que ponerse de acuerdo. Afortunadamente, en España el sistema financiero está mejor regulado", apunta Federico Steinberg. De hecho, el sistema financiero español puede presumir de haber sufrido un único caso de intervención, el de la Caja Castilla-La Mancha, y de poseer uno de los mejores ratios de solvencia de la banca internacional, aunque no deje de tomar medidas para reforzarla. Después de haber resistido durante meses a la presión del mercado y ante una morosidad del 4,39% a junio, Popular anunció esta semana una ampliación de capital de 500 millones de euros y la emisión de obligaciones canjeables por hasta 700 millones. BBVA también ha recurrido estos días al lanzamiento de convertibles por 1.000 millones de euros y Bankinter ha emitido 250 millones de euros en deuda subordinada, la primera colocación de este tipo que realiza un banco español entre inversores institucionales desde octubre de 2007.

La banca española quedó libre de los activos tóxicos que han envenenado a la banca europea y estadounidense pero tiene su propia cruz en los excesos cometidos en el sector inmobiliario. Además, el contexto económico español, con una tasa de desempleo cercana al 20%, es mucho más adverso que el de economías como la alemana y la francesa , que han logrado salir ya de la recesión.

En 4 pasos

1 Provisiones. Los activos tóxicos de las hipotecas subprime o la exposición al sector inmobiliario en el caso de la banca española siguen lastrando las cuentas.2 Capital. El esfuerzo por sanear los balances ha debilitado los ratios de capital. En muchos casos la inyección de capital público ha sido la única fórmula para garantizar la solvencia.3 Liquidez. El estallido de Lehman colapsó los mercados y secó el mercado interbancario. La garantía de liquidez es una de las prioridades de las reformas regulatorias.4 Regulación. EE UU ha iniciado una ambiciosa reforma para reforzar la transparencia, aunque aún hay mercados sin regular como el de derivados OTC (Over the Counter).

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