Espíritu deportivo en CNP Vida
Emmanuel Morandini dirige la aseguradora con la filosofía que se aplica en el rugby.
El espacio es convencional. La conversación transcurre en un sofá de piel, reservado a las visitas. Emmanuel Morandini, nacido en Montluçon (Francia) hace 47 años, es el máximo responsable en España de la aseguradora CNP Vida de Seguros y Reaseguros y presidente del consejo ejecutivo de Global Seguros en Portugal. Es serio y se concentra a fondo en las respuestas que ofrece. A veces se toma su tiempo antes de responder. Tal vez esta meditación responda a su filosofía de entender el estilo de dirección que se debe aplicar: "lo primero que hay que ser es humilde porque no entiendo la actitud tiránica en el mundo actual". Un directivo, agrega, no tiene que saber de todo, su función consiste en delegar. Pero también "ha de saber escuchar, contar con todas las opiniones porque en definitiva lo que hay que hacer es encontrar el buen camino".
Morandini valora la capacidad de comunicación y las relaciones en el trabajo, "sin miedo a decir las cosas tal y como las piensas". El objetivo es ser profesional, lograr una meta, esto es, conseguir unos resultados. Este ejecutivo no tiene inconveniente en decir públicamente que le gusta invertir tiempo, "nunca perderlo", en mantener una relación directa con el equipo, ya que considera que es importante que éste esté motivado. En contrapartida, le pide a sus colaboradores que sean "francos y directos, que no me consideren el jefe, sino una persona accesible que persigue los mismos objetivos que ellos y que busca que los clientes estén satisfechos".
Opina que la actual crisis dificulta la manera de actuar y ante un mercado inestable lo correcto es actuar con prudencia, "concentrando el esfuerzo en determinados temas y analizando con detalle el lanzamiento de nuevos productos". Dentro de este contexto, asegura que CNP Vida en España, filial de CNP Assurances, una de las primeras compañías de seguros de personas en Francia, donde cuenta con una cuota de mercado del 25%, 24 millones de asegurados en todo el mundo, y un volumen de negocio de 28,32 mil millones de euros en 2008, no está expuesta a demasiados riesgos financieros. "Este año estamos posicionándonos muy bien y tenemos más flujo de entradas de clientes que de escapes, eso es positivo, pero también tiene que ver con el esfuerzo que hemos hecho previamente, anticipándonos a la crisis. Estamos recogiendo los frutos".
"Me gusta un deporte en el que no existen las trampas. Es una filosofía que me atrae. O estás o no estás"
Emmanuel Morandini lleva dos años en España y se encuentra a gusto. "Es muy agradable vivir en este país, no me extraña que los extranjeros no quieran irse". Ha desarrollado su carrera profesional en países como Italia, Irlanda, Francia y Argentina, principalmente dentro del sector asegurador. Valora de su nuevo destino profesional la facilidad que hay dentro de las organizaciones para hacer equipo. "Me gusta la gente que no es individualista, como lo son en Italia, aquí se mezclan mucho las relaciones personales, familiares y profesionales, algo que tampoco sucede en Francia".
Tal vez toda esa importancia que le da a los grupos de trabajo proviene de su gran pasión: el rugby. "Durante una etapa de mi vida fui jugador y sobre todo me gusta la filosofía que tiene este juego, y es que nunca puedes hacer trampa. O estás o no estás". Después del partido de rugby siempre llega el denominado tercer tiempo, "la cerveza y esto es como la vida misma, como cuando en el trabajo mantienes una relación estrecha con los clientes y con los colaboradores". Así, con cordialidad, entiende Emmanuel Morandini la vida y las relaciones.
Su despacho, ubicado en una zona residencial próxima a la carretera de La Coruña en Madrid, está salpicado con numerosas piezas relacionadas con el rugby. Ahora no tiene tiempo para dedicarlo al deporte porque asegura que su trabajo le absorbe todo su tiempo. "Tengo la responsabilidad de centenares de empleados entre España y Portugal y de una cartera importante de clientes, pero me gusta estar en forma, es una manera de tener la mente despejada para después aplicarla a tu día a día".
Un muñeco por mascota
En su mesa de trabajo tiene una mascota. Se trata de un muñeco pequeño que tiene la gracia que funciona con el sol. "Me lo regalaron unos colaboradores italianos para recordarme que hay que decir sí, sólo en ocasiones". Emmanuel Morandini advierte, cuando le pedimos que haga un repaso a la decoración de la estancia, que no le presta demasiada atención a estos detalles. Sólo requiere de un espacio luminoso y funcional para trabajar. Tiene fotografías de escenas de partidos de rugby y una foto del rally Paris-Dakar-El Cairo del año 2000. "Me recuerda buenos momentos de mi carrera profesional", señala. En la estantería tiene un libro sobre París, que reconoce no haber abierto; revistas de Argentina, país que le ha cautivado y que se ha recorrido, sobre todo la Patagonia, en bicicleta, andando o corriendo. "Me gustan los grandes desafíos y creo que un glaciar es un exponente de ello". Porque, según dice, existen escasas ocasiones para encontrar la verdadera dureza de la vida. "Es necesario sentir que las cosas no son fáciles". Por ello, también va en moto, "te permite sentir el frío en la cara, algo que no consigues si vas en coche". También aprecia las situaciones de confort.