Hasta 150 años de cárcel por el mayor fraude de la historia
El juicio contra Bernard Madoff, visto para sentencia.
Querido Juez Chin, le escribo en nombre de mis ancianos padres, mi mujer y mis hijos, y de yo mismo. Mamá y papá van a cumplir 80 años, trabajaron toda su vida en el comercio y ahorraron para mandarme a la Universidad y para tener una vida tranquila en su jubilación en Nuevo México". Así comienza un hombre de Nueva Jersey una de los cientos de cartas que han llegado al juez Danny Chin contando la historia de grandes inversores y pequeños ahorradores que hicieron una apuesta, que pensaron que era de confianza.
Pero no era así. Bernard Madoff, el gestor de las inversiones de esos ahorradores, ha resultado ser el mayor estafador de la historia y, de hecho, el lunes está previsto que Chin dicte una sentencia de condena que mande a la cárcel casi de por vida a este hombre de 71 años. El delito, un fraude piramidal -en el que el dinero de los nuevos inversores paga los intereses prometidos a los anteriores, y así sucesivamente- que, cuando Madoff se entregó, se calculó entre 50.000 y 65.000 millones de dólares, entre 35.000 y 46.000 millones de euros. Esta cantidad responde a la suma invertida más los rendimientos de unas operaciones que resultaron ficticias. El fideicomisario, Irving Picard, ha calculado las pérdidas de los inversores como la diferencia entre lo que el cliente dio a Madoff y lo que retiró antes de que el fraude se revelase. Con esas cuentas, a Picard, el fraude asciende a 13.000 millones, aún el mayor de la historia.
Madoff ha pedido al juez vestir sus ropas para esta importante cita en el tribunal, en lugar no la vestimenta azul del centro de detención en el que pena desde que en marzo se declarara culpable. A lo largo del juicio se ha descubierto que apenas invirtió dinero de sus clientes, pero no se clarificó un aspecto crucial: ¿obró solo Madoff?
Miles de víctimas enviaron cartas al juez Chin contando el impacto del fraude en sus vidas, con peticiones para que no se permitiese que "esa comadreja negocie un acuerdo extrajudicial que le permita escapar de su responsabilidades. Su mujer y sus hijos, su familia inmediata deben ser investigados para determinar si han sido cómplices".
Madoff, por su parte, ha pedido clemencia. Su abogado quiere que esté en la cárcel 12 años aunque el septuagenario inversor se enfrenta a una petición máxima de 150 años de cárcel. Pase lo que pase, eso no cierra ni mucho menos uno de los capítulos más oscuros de la historia de la inversión americana. Y no sólo por la semilla de desconfianza que se ha plantado entre los ahorradores -respecto a Madoff y respecto a los gestores de fondos que confiaron ciegamente en él-, sino también por la fuerte controversia entre las víctimas y el fideicomisario. æpermil;ste tiene que decidir cómo y con qué dinero se retribuye a los afectados. Y en el centro de la discusión está la cuestión de la cuantía del crimen.
El asunto se va a dirimir ante un juez porque algunas víctimas han denunciado a Picard, aduciendo que no ha calculado bien el dinero que se ha abonado a otras víctimas y no quieren sentar precedentes con esas cuentas. El caso Madoff resonará en los tribunales años después de que el delincuente oiga su condena.
Allen Stanford se declara inocente
Esposado y con el traje naranja que le distingue como preso en Houston (Texas) el financiero R. Allen Stanford se presentó ayer ante el juez para declararse inocente. A Stanford, un banquero de una entidad con su nombre, se le acusa, junto con otros tres directivos de varios delitos de fraude. La cuantía rondaría los 7.000 millones de dólares (5.000 millones de euros). Su abogado pidió ayer libertad bajo fianza.