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Tribuna
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Sostenibilidad y eficiencia energética es calidad de vida

Durante tres días, representantes de empresas del sector energético de todo el mundo nos hemos reunido en Bilbao en el marco del Foro Europeo de las Energías de Futuro para compartir conocimientos y buscar fórmulas con las que incrementar la eficiencia energética, reducir emisiones de CO2 y garantizar un mejor futuro para las próximas generaciones. Se trata de una cuestión vital, ya que a lo largo de la historia mejoras en nuestra calidad de vida han supuesto siempre un aumento del consumo de energía. Ahora, uno de nuestros principales retos es asegurar nuestro bienestar y al mismo tiempo limitar las consecuencias del cambio climático.

La respuesta se encuentra en nuevas políticas energéticas, que tienen que considerar, no sólo la situación actual, sino también las futuras necesidades resultantes de un gran incremento de la población mundial y de las aspiraciones básicas del Tercer Mundo de alcanzar cotas de bienestar parecidas a las nuestras.

Una de las posibles soluciones pasa por cumplir el programa 20-20-20 hasta 2020 elaborado por la Unión Europea. Se trata de una ambiciosa iniciativa: su objetivo es conseguir que el 20% de la energía consumida sea renovable, que se reduzcan en un 20% las emisiones de CO2 y que aumente en un 20% la eficiencia energética.

Para ello tendremos que innovar en la producción, el transporte, el almacenaje, la distribución y también el consumo de energía. Tendremos que realizar una importante inversión en nuevas tecnologías e infraestructuras limpias. No se trata de invertir en tecnologías sostenibles a pesar de la crisis, sino que es precisamente por la crisis por lo que debemos invertir en ellas. Así generaremos, además, crecimiento y aseguraremos puestos de trabajo. El invertir en eficiencia energética y sostenibilidad es rentable.

Cada país debe elegir el mix energético que le sea favorable. En España estamos entre los líderes en energías renovables, pero no deberíamos concentrarnos sólo en ellas, deberíamos seguir apostando por los combustibles fósiles, la energía hidráulica y, sin ninguna duda, también por la nuclear como hacen muchos de los países más desarrollados del mundo.

En Siemens, el gigante de las infraestructuras verdes, nos hemos puesto manos a la obra. En 2008 facturamos más de 19.000 millones de euros en productos verdes y nos hemos propuesto que esa cifra llegue a los 25.000 millones en 2011. El año pasado ayudamos a nuestros clientes a reducir más de 275 millones de toneladas de CO2, el equivalente a las emisiones de las siete ciudades más grandes del mundo. Además, nos hemos comprometido a reducir un 20% nuestras propias emisiones hasta 2010.

Por suerte disponemos ya de soluciones tecnológicas que nos permiten reducir las emisiones de CO2. Por ejemplo, los motores eléctricos utilizados en la producción suman más de dos tercios del consumo industrial de electricidad. Si se sustituyeran en todo el mundo los motores industriales por nuestros nuevos motores ecológicos, se conseguiría un ahorro de 360 millones de toneladas de CO2 anuales. ¡Esta cantidad equivale aproximadamente a las emisiones anuales de CO2 de España! Gracias a su menor consumo de energía, las inversiones en nuestros motores ecológicos, además, se amortizan en un plazo de entre un año y medio y dos años y medio.

Otro ejemplo sería el consumo energético de los edificios. Alrededor del 35% del consumo de energía mundial y el 21% de las emisiones de gases invernadero se producen en edificios. Con sistemas optimizados de iluminación, calefacción, ventilación y aire acondicionado se consigue reducir el consumo de energía en más de un tercio por ciento.

Debemos garantizar un consumo responsable, pero también facilitar el acceso a la electricidad a más de 1.400 millones de personas que viven hoy sin ella, y sin electricidad no hay desarrollo. Ahora es el momento de actuar. Debemos garantizar nuestra calidad de vida, pero también que el planeta que dejemos a nuestros hijos sea, al menos, tan bueno como el que nosotros recibimos.

Francisco Belil. Consejero delegado de Siemens en España y suroeste de Europa

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