Santander: cambio de tercio para el inversor
El pago de noviembre no tendrá los mismos efectos que un dividendo.
El anuncio sobre el dividendo del banco Santander es un indicio de lo que está ocurriendo en toda la banca: hay que reforzar los recursos propios a marchas forzadas. Y el banco ha echado mano ahora del dividendo", valoraba ayer un operador que pidió no ser identificado. La entidad anunció este lunes a bombo y platillo que en el segundo dividendo a pagar a cuenta del ejercicio 2009, que se hará efectivo en noviembre, los inversores tendrán la opción de elegir entre recibir la remuneración en efectivo o en acciones. ¿Se trata sólo de una alternativa más? Hay que recordar que ese pago está directamente vinculado a una ampliación de capital de 1.000 millones de euros, que será propuesta a la junta de accionistas el mes próximo.
"No cabe duda de que con la red que tiene el Santander y el respaldo de ser el valor muy sólido, la operación va a ser un éxito", afirma Nuria Álvarez, de Renta 4. "Pero el entorno es muy duro para el sector bancario. Es difícil ahora y también lo será a lo largo de 2010. Estar en banca es para perfiles de riesgo muy elevados", avisa Álvarez.
El banco subraya que ha tomado la decisión sobre el dividendo basándose en "sugerencias formuladas por los accionistas". Lo que el inversor tiene que tener en cuenta es que la entidad va a hacer una ampliación de capital, por un importe estimado inicialmente en 1.000 millones de euros. De principio, lo que Santander va a entregar no es dinero, sino un derecho de suscripción por cada acción, es decir, llevará a cabo una ampliación de capital liberada. La entidad que preside Emilio Botín ha fijado en 60 los derechos necesarios para obtener una acción nueva. Santander cuenta con 8.155,6 millones de acciones. Al ser 60 derechos por cada acción nueva, son 135,926 millones de nuevos títulos a emitir.
Así, el inversor verá diluida su participación en el capital de la empresa. "A más acciones, menos beneficio por acción y menos dividendo por acción. De forma estática, el accionista pierde", expone Fernando Hernández, de Inversis Banco. Aunque la opción de recibir el pago en efectivo o en especie es libre, el accionista que no quiera ver reducida su participación no tendrá otra que optar por el pago en especie, pero entonces no verá dinero. Como ya ocurrió en noviembre pasado, cuando el banco puso en marcha una ampliación de 7.200 millones de euros.
Fiscalmente, y por norma general, el cobro de dividendo es diferente a una ampliación de capital liberada, aunque en este caso hay algunas similitudes. Todo dividendo en metálico disfruta de una exención por los primeros 1.500 euros, que quedan libres de impuestos. En este caso, si el accionista de Banco Santander opta por recibir su retribución en efectivo, tendrá que venderle al banco los derechos que le hayan sido asignados. El importe de la venta será el equivalente al segundo dividendo a cuenta que le correspondería (0,12 euros) y a efectos fiscales, según explica el banco, tendrá el mismo tratamiento que el dividendo en metálico tradicional: retención a cuenta del 18% y exención por los primeros 1.500 euros.
Pero si el accionista opta por vender el derecho en el mercado, no se aplicará retención a cuenta. Simplemente, el importe del derecho se restará del valor de adquisición de las acciones de las que procede en el momento en que éstas se vendan. Por último, si ejercita el derecho y se queda con las acciones de Santander que le correspondan, deberá tributar por ellas al 18% cuando las venda, pero tampoco tendrán retención fiscal en el momento en el que se reciban. Es decir, el inversor recibe un título nuevo por cada 60, pero en ese momento no se aplica ninguna retención.
Fuentes de la entidad señalan que alrededor de 500.000 accionistas españoles del banco tienen firmados contratos de reinversión de dividendos, equivalentes al 8% del capital.
BBVA, Pastor y Popular pagan en acciones
La propuesta de Santander para abonar el dividendo de noviembre a través de la emisión de derechos de suscripción es novedosa en la medida en que garantiza la recompra de dicho derecho, lo que supone a efectos del accionista una garantía de cobro efectivo. Pero no es un dividendo. Y Santander tampoco es la primera entidad que ajusta su política de dividendos a la luz de la crisis inmobiliaria y el aumento de la morosidad en España. BBVA, Pastor o Popular son otras entidades que han apostado por pagar un dividendo en acciones, una operación en todo caso distinta a la ampliación liberada de Santander, pues es un dividendo pero pagado en especie, con cargo a la autocartera.Popular pagará el dividendo de julio -el cuarto a cargo de 2008- en acciones de su autocartera. Lo mismo anunció BBVA, que abonó el 20 de abril una acción por cada 62 antiguas, también en concepto de dividendo y con cargo a la autocartera. Y el Banco Pastor abonó este mismo martes una acción nueva por cada 80 antiguas. La diferencia principal es que cuando se trata de un dividendo pagado con la autocartera del banco, es decir, hay un desembolso previo y el accionista recibe la acción. En el caso de Santander se trata de acciones de nueva creación, luego el efecto para el accionista que decida recibir gratuitamente las acciones es neutro -hay más acciones en circulación-, y el que venda el derecho ve diluido el capital.
La cifra
3,35% sube en el año Santander, después de una fuerte escalada desde mínimos. La acción llegó a cambiarse a 3,78 euros, pero desde entonces ha subido el 80%.