Tailandia necesita votar
El primer ministro de Tailandia, Abhist Vejjajiva, llegó al poder gracias a manifestaciones seguidas de un voto de confianza revestido de acusaciones de soborno. Su Gobierno ha empleado ahora la violencia para ahogar las manifestaciones. La economía tailandesa está sufriendo mucho la confusión general propiciada por la crisis. En la moderna economía global, un Gobierno legítimo es esencial para el crecimiento económico. Por eso urge la celebración de elecciones democráticas.
Tailandia es una sociedad profundamente dividida. A Thaksin Shinawatra, primer ministro desde 2001 hasta el golpe militar de 2006, le apoya la población rural, la policía y una modesta mayoría de votantes. Abhist, que tomó el poder en diciembre de 2008, tiene el apoyo de la élite de Bangkok, del Rey Bhumibol, del poder judicial y del ejército.
La inversión extranjera en Tailandia cayó un poco en 2008, pero la tramitación de nuevas inversiones ha caído en picado. Tanto las dictaduras como los gobiernos débiles disuaden a los inversores extranjeros, que buscan estabilidad política, tranquilidad social y un registro aceptable de Derechos Humanos. Y en Tailandia carecen de estas cosas. Por eso el país asiático ha sido uno de los grandes perjudicados por la crisis.
Tailandia necesita un Gobierno democrático para reencontrase con la prosperidad. La comunidad internacional debería presionar a Bangkok para que se celebren elecciones, y sobre todo para que se respeten los resultados.
Martin Hutchinson