Mucho trabajo en dependencia
El primer mensaje a los ciudadanos de la nueva ministra de Sanidad y Política Social es que la Ley de Dependencia 'no se verá afectada por ningún recorte' económico, porque 'ninguna coyuntura va a mermar los derechos de los más necesitados'. Así sea. Porque este nuevo derecho social, nacido como proyecto estrella del primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y su entonces mano derecha, Jesús Caldera, cubre una necesidad social de primer orden y cierra la brecha que todavía separa a España de los países socialmente más avanzados. Es el cuarto pilar -con educación, sanidad y pensiones- con el que España debe superar el anticuado sistema asistencial y estar entre los mejores.
El empeño es arduo. Y nadie ha dicho que sea fácil. Pero que en este momento 125.000 personas permanezcan a la espera de un dictamen, que aún quede lejos la imprescindible coordinación con las autonomías o que dos tercios de las prestaciones sean de carácter económico directo -y no en forma de servicio para que sean también una fuente de generación de empleo, como se esperaba- son sólo tres señales de cuánto trabajo le espera a Trinidad Jiménez para el despliegue efectivo de este derecho. El que desde su reciente origen, hace poco más de dos años, haya transitado ya por tres ministerios no ha ayudado. A ver si a la tercera.