Duplicidad para Corominas
El director de la Fundación ECA Bureau Veritas divide su jornada entre Barcelona y Madrid.
Desde un punto de vista estético, el despacho que ocupa Xavier Corominas, de 58 años, en la Fundación ECA Bureau Veritas para el Desarrollo Sostenible en Madrid es poco atractivo. Se trata de un espacio funcional y luminoso, ubicado en un polígono industrial de una localidad del norte de Madrid. Aunque comenta que en Barcelona disfruta de otro espacio igual de práctico, pero con mejores vistas, ya que desde la ventana de su despacho 'veo el mar y el Tibidabo'. Lo primero que advierte es que más que el espacio lo que le preocupa son las personas. Y por ello, si a algo le da prioridad en su despacho es a la mesa redonda en la que celebra todas sus reuniones. 'Prefiero este tipo a la típica de trabajo, que no ofrece ningún tipo de cercanía; me gusta que tanto las personas como los papeles estén próximos'.
Lo que nunca descansa es su ordenador, que rara vez apaga, 'siempre estoy conectado, es una herramienta muy útil de trabajo', afirma. Sobre la decoración asegura que no le ha puesto empeño porque no le da importancia y se ha regido por la línea marcada por la compañía. Se refiere a Bureau Veritas, firma internacional especializada en la inspección, análisis, auditoría y certificación de productos, infraestructuras (edificios, instalaciones industriales, equipamiento, buques) y sistemas de gestión (normas ISO), según marcos reglamentarios o voluntarios. La organización está presente en 140 países, mediante una red de 850 oficinas y laboratorios. Cuenta con más de 33.000 empleados, de los cuales 4.000 están en España, y una cartera de 300.000 clientes. Corominas, además de gestionar la fundación, ocupa el puesto de director de relaciones internacionales en la compañía. Una de sus principales preocupaciones es el medio ambiente en todas sus vertientes, empezando por promover el uso de la bicicleta en las principales ciudades españolas. 'Es un medio de transporte que va ganando visibilidad y somos impulsores de la red de ciudades que promueve el uso de la bicicleta, y a la que están adscritos 50 municipios'. Es tan apasionado al hablar de los beneficios del uso de la bicicleta que no se puede evitar dirigir la mirada hacia su corbata, donde el dibujo impreso no puede ser otro que decenas de diminutas bicicletas. 'Además, soy aficionado al cicloturismo, que es otra manera de hacer turismo y cada vez tiene más seguidores'. Pero también habla de la importancia que tienen los Premios de Medio Ambiente que promueve la Fundación ECA Bureau Veritas en la universidad, con el fin de dar fuerza a los licenciados que elaboran sus tesis doctorales. Por ejemplo, este año han premiado una investigación sobre la utilización del rastrojo del olivo para la fabricación de biocombustible. Para Corominas, dirigir una fundación es tan apasionante como gestionar una compañía. 'Se crean puestos de trabajo, se buscan colaboraciones, sinergias, pero además nosotros intentamos implicarnos en todos los proyectos. Por ejemplo, cuando decidimos publicar un libro no se lo encargamos a nadie, decidimos hacerlo directamente'. Asegura que la presión por el beneficio no existe, pero sí por los resultados. 'Tienes que tener unos logros porque, si no, no tiene razón de ser una fundación, hay que contribuir a la sociedad'.
Xavier Corominas fue durante ocho años alcalde de Salt (Gerona), donde impulsó junto con alcaldías vecinas un consorcio para la gestión de las antiguas trazas de tren como vías verdes para uso peatonal y ciclista. Asegura que de su paso por el consistorio ha aprendido a ser un profesional polivalente. 'Cuando eres alcalde tienes que aprender un poco de todo; esto me ha servido después para mi trabajo en la empresa privada y en la fundación'.
Y advierte que en la política tendría que haber una limitación de mandatos, 'no es bueno que nadie se eternice en un puesto'. Una vez que abandonó el bastón de mando de Salt, intentó regresar Telyco, la anterior empresa en la que trabajaba, pero no lo consiguió, 'así que me puse a buscar trabajo'. Y si algo no le importa, como buen ciclista, es volver a subir la pendiente. 'Empezar un proyecto es muy emocionante'.
Los colores del cubo de cerámica
Su despacho carece de objetos personales. Da la impresión de ser un lugar en el que se trabaja. Hay papeles, eso sí, ordenados, sobre la mesa, en las estanterías, maletines apilados en el suelo, libros de distintas disciplinas. Y alguna fotografía con alguna instantánea de algún momento de trabajo.Pero si algo destaca Xavier Corominas de su espacio laboral es un cubo de cerámica, símbolo de la Fundación ECA Bureau Veritas, que ocupa un lugar bien visible. 'Me gusta porque me recuerda siempre lo que hago y porque me parece bonito por su colorido, que lleva el azul y el amarillo, los colores de Europa. De todas formas, cuando ocupas dos despachos y estás constantemente viajando de un lado a otro se desvirtúan los objetos personales y no le das tanta importancia a este tipo de detalles', afirma.Entre sus aficiones destaca, por supuesto, la bicicleta, su perra y recolectar setas en temporada.Sobre el tiempo que le dedica a su jornada laboral no echa cuentas. 'Cuando trabajas en algo tan dinámico como lo que estamos haciendo, con diferentes proyectos, con viajes, no te das cuenta del número de horas que le dedicas'. Porque asegura que si algo ha aprendido de su experiencia como alcalde, ha sido a entender su trabajo como gestor que presta un servicio público a los demás.