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5d Inversión

Señales positivas para soñar con el fin de la crisis

Los mensajes más optimistas de políticos y leves indicios de mejora en ciertos indicadores económicos rompen con meses de noticias apocalípticas.

Crecen los motivos de esperanza. Mensajes algo más optimistas de las autoridades políticas, leves indicios de mejora en algunos indicadores económicos, pronósticos que hablan de beneficios en los dos primeros meses del año en algunos gigantes bancarios, rebotes en las Bolsas, fusiones en el sector farmacéutico o la posible unión entre IBM y Sun Microsystems son un cúmulo de circunstancias que comienzan a cambiar la percepción sobre la situación económica. ¿Ha llegado el momento de soñar con el punto de inflexión de la crisis?

La realidad juega en contra de dicho anhelo. La fuerte caída del comercio mundial en enero, el drástico recorte de las previsiones de crecimiento de PIB e inflación anunciados por el BCE a principios de mes -estima una caída que ronde el 2,7% frente al 0,5% previsto en diciembre- o las últimas revisiones a la baja del FMI para el crecimiento mundial -espera una contracción entre el 0,5% y el 1% frente al crecimiento del 0,5% previsto en enero- recuerdan que aún queda mucho camino por recorrer. Pero, si realmente se confirma que las noticias dejan de empeorar, al menos se superará el primer obstáculo, algo que atisban los últimos acontecimientos.

'La situación es muy delicada. Nada nos dice que realmente hemos pasado lo peor excepto que las cosas no están empeorando aún más', comenta Anton Brendner, economista jefe de Dexia AM.

Restaurar la confianza se perfila como algo fundamental. El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, consciente, se ha encargado de alejar las expectativas más pesimistas y generar cierta euforia en los mercados al predecir recientemente que la depresión en EE UU está descartada, que la recesión podría terminar a final de año y que la recuperación tendrá lugar en 2010.

No ha sido el único que ha acentuado el hambre de optimismo. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, sorprendió al comentar una semana después de recortar las previsiones de crecimiento para Europa que hay elementos que anticipan la recuperación y también la situó en 2010. Otros mensajes recientes como las palabras del comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia también hablan de avances. 'Hay síntomas mejores respecto a hace tres meses: algunos bancos han anunciado resultados más favorables de lo esperado, el mercado de la liquidez va un poco mejor y el compromiso de los gobiernos con los trabajadores públicos comenzará a dar frutos pronto', explicó en una entrevista en el diario italiano La Stampa.

Incluso Alfredo Sáenz, consejero delegado de Santander, afirmó esta semana en EE UU que aunque la banca española no es 'inmune' a la crisis financiera sí ha demostrado ser uno de los sistemas más eficientes del mundo y está sorteando el reto de gestionar el aumento de la morosidad gracias a las medidas adoptadas por el Gobierno para inyectar liquidez en el sistema. Francisco González, presidente de BBVA, en la misma línea, alabó el modelo de negocio de la banca española.

La veda de buenas noticias del terreno político cobra relevancia, además, al verse acompañada por otras señales esperanzadoras que llegan del sistema financiero. Citi, entidad que ha recibido 45.000 millones de dólares del gobierno de EE UU, comentó este mes que ha logrado beneficios los dos primeros meses del año. Un anuncio al que posteriormente se sumaron Bank of America, JPMorgan y Barclays.

La mejora de ciertos indicadores también hace soñar con un punto de inflexión en la economía. El último dato de ventas minoristas en EE UU -cayó un 0,1% en febrero cuando se esperaba un retroceso del 0,5%- o la leve mejora de la encuesta de confianza de la Universidad de Michigan en marzo se recibieron con esperanza pese a seguir en niveles bajos. Y esta semana la mejora del índice ZEW de confianza empresarial en Alemania -alcanzó el mayor nivel del último año y medio al pasar desde -5,8 a -3,5 en marzo- o el repunte de nuevas viviendas en EE UU en febrero por primera vez desde abril de 2008 -crecieron un 22,2%- también se recibieron con optimismo.

Los expertos, sin embargo, mantienen la cautela. 'La mejora del dato de ventas de vivienda es desde un nivel muy bajo. Creo que estamos cerca del suelo. Ahora es necesario que el ratio de inventarios sobre ventas se reduzca. Por eso es clave que aumenten las ventas para confirmar la recuperación', dice Brendner. 'Tiene que aumentar la demanda. En cuanto empiece a subir la vivienda se acabó la crisis. Si se consigue estabilizar el sistema financiero el mercado saldrá en V', añade José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.

A la espera de que se confirmen estos datos, los expertos recuerdan que la lista de indicadores negativos es todavía mucho más larga y las mejoras aún se deben consolidar los próximos meses. 'Si en el tercer trimestre los datos confirman esos buenos augurios, entonces ya sí se podrá hablar con más seguridad de un suelo tanto económico como en el mercado. Por ahora seguiremos viendo un incremento del paro y caídas del PIB', dice Mercedes Camacho, de IGF.

De momento, las empresas continúan ajustando los gastos y la caída de inversión empresarial es algo patente. En Europa uno de los pocos síntomas de mejora ha llegado del sector de la automoción gracias a ayudas aprobadas en Alemania para favorecer las ventas.

Es prematuro saber exactamente cuándo se notarán mejoras importantes pero los expertos comentan que todas las medidas de estímulo implementadas a nivel mundial también deberían empezarán a surtir efecto a partir de abril. 'Los datos lo deberían empezar a reflejar en mayo', añade Brendner. 'El paro probablemente aumentará pero es importante ver si los estímulos fiscales logran compensar en parte y permitir que el consumo aguante'.

Nadie duda que la situación es crítica, tal y como evidencian las últimas actuaciones de la Reserva Federal. Si bien el pasado domingo Bernanke aseguraba que el peligro de depresión ha pasado, el jueves la autoridad monetaria reconoció que la crisis se hace cada vez más profunda y anunció otra batería de medidas extraordinarias. En concreto anunció una inyección adicional de 1,15 billones de dólares (unos 850.000 millones de euros, cifra similar al PIB español) destinados a comprar deuda privada y bonos del Tesoro a largo plazo con el objetivo de abaratar las condiciones crediticias y lograr así que fluya el dinero en el sistema.

Al menos, el mercado reaccionó bien a estas noticias y el repunte de la Bolsa se perfila clave para facilitar la recuperación económica al aumentar la percepción de riqueza de los inversores y facilitar así la reactivación del consumo.

En el mercado, además, no son todo malas noticias y los movimientos que ha habido este año en el sector farmacéutico se interpretan como otra señal de recuperación. Roche ha sido la última en mover ficha. La semana pasada logró hacerse con Genentech después de ampliar su oferta por segunda vez hasta los 46.800 millones de dólares. Un acuerdo que se producía días después de la compra de Schering-Plough por parte de Merck por 40.000 millones de dólares. Un fusión que completa un proceso iniciado a comienzos de año cuando Pfizer pagó 68.000 millones por Wyeth.

La mejora del mercado de crédito, la estabilización del mercado de divisas o la salida de la deflación son otras señales esperanzadoras. El problema es que aún queda camino por recorrer y muchos expertos consideran que los gobiernos necesitan implementar más medidas, especialmente en el terreno fiscal. El FMI ya ha sugerido que España tendrá que poner en marcha un plan de estímulo en 2010 y se teme que en el resto de Europa y EE UU los programas en marcha no sean suficientes. Los signos esperanzadores están ahí pero la rapidez de los estados a la hora de buscar soluciones serán decisivos para asegurar la salida de la crisis, aseguran los expertos. Queda ver cuándo se restituye el flujo del crédito a las familias y empresas, además de mejoras en datos de precios. Cuando lleguen, la recuperación estará ya en marcha.

La gran asignatura pendiente del comercio mundial

El frenazo del comercio mundial desde el pasado verano se ha convertido en una de las principales preocupaciones para los expertos. Sólo en enero las exportaciones han caído un 18,3% en Alemania -partida que pesa el 40% de su PIB-, un 44,9% en Japón y otro 12,9% en Estados Unidos.'La globalización ha aumentado la vulnerabilidad de las economías a las perturbaciones externas. Es importante que el G-20, además de centrarse en reformar el sistema financiero internacional para evitar nuevas crisis, dé la misma prioridad a la necesidad de articular políticas de corto plazo para reactivar la demanda efectiva mundial', explica José Carlos Díez, economista jefe, de Intermoney.El PIB potencial mundial se ha visto muy perjudicado por la caída del comercio, por lo que resulta clave encontrar fórmulas que revitalicen el gasto, comenta este experto.La otra gran preocupación para muchos es la salud del sector financiero. Las noticias que han llegado de Citi o Bank of America hacen soñar con la posibilidad de que ninguna entidad necesite fondos adicionales pero los expertos siguen alertando sobre los riesgos del sistema. 'Las provisiones hasta a fecha alcanzan 1,2 billones de dólares frente al billón de dólares que ha recibido la banca para recapitalizarse. La última estimación del FMI y del Banco de Inglaterra apuntan a que las provisiones alcanzarán los 3 billones de dólares. Es bastante probable que se necesite más intervención estatal', dice Keith Wade, economista jefe de Schroders.La estabilidad total del sistema financiero aún llevará tiempo y este es el requisito clave para salir definitivamente de la crisis.

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