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Columna
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Ford, a toda revolución

Ford ha puesto a sus dos rivales de Detroit en evidencia. Chrysler y General Motors ya le han sacado al Gobierno de EE UU 18.000 millones de dólares entre los dos, y suplicaron más el mes pasado. A cambio, se supone que deberían estar cerrando acuerdos para aligerar sus deudas y responsabilidades con sindicatos, distribuidores y prestamistas. Pero Ford, que no ha acudido a Washington por ayuda, se ha adelantado.

El fabricante número dos de Motown ya ha llegado a un acuerdo tentativo con el sindicato United Auto Workers, que le permite financiar la mitad de sus enormes responsabilidades en términos de la seguridad social de sus trabajadores. El miércoles desveló un intercambio con el que, de salir bien, reducirá la carga de deuda en 10.400 millones -en un 40%- en parte al intercambiar bonos por valor de 4.900 millones por 530 millones de nuevas acciones y 390 millones de dólares en caja.

El intercambio de 5.500 millones de dólares por deuda no convertible revela en particular hasta qué punto es horrenda la situación para la menos mala de las tres de Motor City: los propietarios de deuda no segura obtendrán una media de tan sólo 31 centavos por cada dólar, mientras que los poseedores de deuda asegurada no obtendrán más de 47 centavos.

El trato otorga a Ford un salvavidas e incluyendo la suspensión del pago del dividendo, el intercambio ahorrará a la compañía hasta 1.100 millones al año. Pero eso no es todo: el acuerdo está estructurado de manera que permite a la sociedad matriz obtener un avance sobre la distribución de los 2.000 millones de ganancias esperados este año de una filial de crédito de Ford Motor.

Por supuesto, esto no es suficiente para sacar a Ford del atolladero. Puede que la montadora de coches queme otros 7.000 millones este año, situando sus 13.000 millones de colchón por debajo del nivel necesario para mantener el funcionamiento de las fábricas, según Credit Suisse. Con las ventas de coches en Estados Unidos un 10% por debajo de las estimaciones de Ford, más efectivo podría terminar en la incineradora y la compañía podría acabar mendigándole al Gobierno.

Pero al menos Ford está avanzando levemente hacia una solución de autofinanciación. Si el intercambio de deuda funciona, los ejecutivos se pueden concentrar en conseguir concesiones de distribuidores y suministradores. Mientras, tiene dos rivales más desesperados arrodillándose.

Por Antony Currie

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