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El paro ha sorprendido a muchos inmigrantes que llegaron a España huyendo de su propia recesión

Escapar de una crisis para terminar en otra

El cambio de ciclo desconcierta al colectivo ecuatoriano en España.

El inmigrante ecuatoriano José Félix Cuasapaz y su mujer se inscriben en la bolsa de empleo de la Comunidad de Madrid.
El inmigrante ecuatoriano José Félix Cuasapaz y su mujer se inscriben en la bolsa de empleo de la Comunidad de Madrid.Carlos Otiniano Pulido (Cinco Días)

Hubo un momento en los primeros años de este siglo, cuando la economía española crecía vigorosa, en que el ecuatoriano José Félix Cuasapaz llegó a tener hasta tres empleos a la vez: personal de limpieza en un centro comercial, vigilante de una finca en Soto del Real y mozo de escuadra en una escuela de equitación.

Era tan fácil conseguir empleo para él que a un mes de haber perdido su último trabajo, recordaba el día como si de una fecha histórica se tratase. "13 de noviembre. Nunca me había pasado en los ocho años que llevo aquí".

La perplejidad es por estos días una sensación muy extendida entre la colonia ecuatoriana en España, la segunda fuera de la UE más grande después de la marroquí, y una de las más golpeadas por el repentino cambio de ciclo económico.

"Nadie pensó que iba a afectarnos tanto", dice Santiago Morales, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España (Fenadee).

Ecuador ha sido el país anfitrión de la última edición de Integra, la feria para inmigrantes de Madrid, que se celebró en diciembre. José Félix, de 52 años y padre de tres hijos, condujo una hora y media desde Miraflores de la Sierra (Madrid), donde vive con su familia, para asistir a la instalación en la capital.

Sin embargo, no fue la nostalgia lo que le llevó hasta los pabellones de Ifema, sino el servicio de búsqueda de empleo prestado por la Comunidad de Madrid, donde pasó una hora haciendo cola con su mujer. "Estoy dando la cara con el alquiler de un piso, pero tengo dos hipotecas y ya no puedo más. Por eso estoy aquí, para saber qué puedo hacer", explicaba.

La crisis ha sorprendido a los inmigrantes ecuatorianos, que llegaron a España huyendo de su propia crisis, la provocada por un fallido rescate bancario lanzado a finales de los noventa por el entonces presidente Jamil Mahuad, que congeló los ahorros y devaluó el sucre.

"El grueso de ecuatorianos llegó aquí en 1999 porque el país quebró en 1998", comenta Esteban Melo, secretario de comunicación de Fenadee.

Ese fue el caso de José Félix y su esposa Ana, que salieron de Ecuador en 2000 después de perder su trabajo en una fábrica textil en Quito. Aquí cada uno consiguió dos y en ocasiones hasta tres trabajos que les generaron ingresos suficientes para comprar dos pisos, uno para ellos y otro para su hija mayor.

"En ese tiempo, yo llegué a ganar 3.000 euros", dice José Félix. Pero ahora que se ha quedado parado, dos hipotecas es una carga excesiva para la pareja. "Si no consigo trabajo me van a embargar un piso", se lamenta.

La mala coyuntura recorta un 1,6% los residentes de Ecuador en España

Según el INE, a 1 de enero de 2008, en España residían 420.110 ecuatorianos, el 8% de la población extranjera. Aunque el colectivo sigue siendo el tercero más numeroso (después de rumanos y marroquíes), acusa un descenso del 1,6% frente a enero de 2007.

Es, además, el único que decrece en el periodo, evidencia de su fuerte exposición al sector construcción.

"Existe una ligazón directa entre pérdida de empleo y movilidad", comenta Óscar Jara, representante en España de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), un organismo creado por el Gobierno ecuatoriano de Rafael Correa para defender los derechos de sus emigrantes y, si es su deseo, ayudarlos a regresar.

"Algunos están volviendo a Ecuador y otros, que ya tienen el permiso de residencia e incluso, la nacionalidad, están trasladándose a otros países de la UE como Suiza", precisa.

El impacto de la crisis en este colectivo se refleja también en la Seguridad Social: de 264.574 afiliados en noviembre de 2007 a 235.528 en noviembre de 2008, el 11% menos.

España ha ofrecido incentivos al retorno voluntario, sin embargo, en los primeros 30 días del programa, sólo se han acogido 318 ecuatorianos, un resultado que Jara atribuye a que "por desgracia" casos como los del matrimonio Cuasapaz, que adeuda dos hipotecas, no son atípicos.

"Hace tres años al inmigrante se le decía que invertir en ladrillo era mejor que alquilar y se le ofrecía créditos por el 100% de la vivienda y en algunos casos hasta por el 110%. Hoy el nivel de personas entrampadas por hipotecas es altísimo", señala.

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