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CincoSentidos

Restaurantes que aúnan almuerzos y poder

La revista 'Forbes' selecciona los locales que frecuentan empresarios y altos ejecutivos de todo el mundo.

Son diez los meses consecutivos en los que el sector servicios reduce sus ventas y ocho los que pierde empleo
Son diez los meses consecutivos en los que el sector servicios reduce sus ventas y ocho los que pierde empleo

Cuando en agosto de 1959 el periodista de The New York Times Craig Clairbone se admiraba de los picassos, mirós y pollocks que colgaban de las paredes del último restaurante de moda abierto entonces en Nueva York -el Four Seasons- no podía ni imaginar el futuro que aguardaba a aquel recién llegado. Desde que el presidente Kennedy celebrase su 45 cumpleaños en sus salones, el Four Seasons (99 East 52nd Street) se ha mantenido como uno de los lugares donde el poder económico y político estadounidense se reúne, disfruta de una buena comida y, a los postres, cierra tratos y operaciones. Fue allí donde a finales de los 50 se acuñó la expresión 'almuerzo de poder'. Y es allí, en su Grill Room, donde uno puede codearse con gente como Howard Stringer, CEO de Sony o Michael Eisner, ex presidente de Disney, religiosamente sometidos a la disciplina de chaqueta y corbata que la dirección mantiene contra mundum.

Cincuenta años después de su inauguración, el Seasons ha sido elegido por la revista Forbes como uno de los restaurantes donde se celebran más almuerzos de negocios y de poder del mundo. Una lista de oro elaborada a partir de las opiniones de consultores turísticos, críticos y clientes, y en la que figuran lugares como el restaurante Tamarine, en Palo Alto, California. Allí, numerosos altos ejecutivos y empresarios de Silicon Valley vestidos con gorras y pantalones vaqueros disfrutan de un Cheval Blanc de 1991, a 740 euros la botella, mientras discuten los detalles de sus operaciones. Tamarine cuenta entre sus clientes habituales con ejecutivos como Mark Zuckerberg, creador de Facebook, o Jerry Yang, cofundador de Yahoo. Su propietaria, Anne Le Ziblatt, asegura tener que lidiar diariamente con decenas de aspirantes a conseguir un empleo para impedir que inunden las mesas de los clientes con currículos y cartas de recomendación.

Entre los selectos locales seleccionados por Forbes figura un único restaurante español, el madrileño Jockey, del que se alaba su 'ambiente de club' y el hecho de que desde 1945 haya mantenido su poder de convocatoria 'sobre jefes de estado, diplomáticos y celebridades'. Al igual que el Four Seasons, Jockey conserva la exigencia de chaqueta y corbata e invita a sus clientes a aceptar la posibilidad de que el propio establecimiento les proporcione ambas prendas.

Discreción y servicio perfecto

Entre las virtudes que debe tener todo buen restaurante de negocios figura el ambiente distendido, la comida de calidad, un servicio impecable y una configuración de las mesas que facilite las confidencias. Así ocurre en el restaurante Via Matta, en Boston, otro de los seleccionados en la lista. 'Su cocina italiana es deliciosa, pero no intimida; el servicio es inteligente y las mesas están lo suficientemente alejadas como para poder mantener una conversación discreta', señala uno de los autores de la clasificación, el consultor Todd Gershkowitz.

Otro de los elegidos por Gershkovitz es el Mandarin Grill en el Hotel Mandarin Oriental de Hong Kong, que cuenta con otra gran ventaja para un restaurante que aspire a ser centro de comidas y cenas de negocio: un bar separado del comedor. El local, antes oscuro y masculino, es hoy luminoso y ligero gracias a la remodelación acometida hace dos años por el arquitecto sir Terence Conran. Como no podía ser de otra forma, sus vinos y su servicio son sencillamente perfectos.

El mundo de las grandes editoriales, publicistas y medios de comunicación de Nueva York se reúne en el Union Square Cafe, donde un ambiente relajado, un servicio atento e invisible y un menú de entre 11 y 21 euros atrae a la flor y nata de los autores, agentes, publicistas y propietarios de grandes librerías de la ciudad. Si la comida de negocios se celebra en París la elección debe recaer en el restaurante Senso, situado en el hotel Trémoille, cerca de los Campos Elíseos, con una exquisita cocina francesa de aires contemporáneos y una fría decoración en tonos plata. Si se trata, en cambio, de Tokio, Hamadaya es el lugar. Puertas cerradas, reservados con tatami, tradición nipona y tres estrellas Michelin. Simplemente, el paraíso para cerrar un contrato.

Normas sencillas para quedar bien

El saber estar es la primera garantía de éxito para cualquier encuentro, incluido un almuerzo, cena o desayuno de negocios. Respetar unas normas de cortesía sencillas facilitará la conversación y hará que sus invitados se encuentren cómodos y relajados.Si la reunión es un desayuno es importante recordar que no debe alargarse demasiado. Unos 45 minutos es la duración ideal. En el caso de las comidas, le corresponde al anfitrión elegir el lugar, reservarlo y coordinar a los asistentes. La invitación puede realizarse por teléfono, correo ordinario o correo electrónico, pero siempre debe confirmarse antes de la fecha. El anfitrión deberá llegar con tiempo suficiente al restaurante elegido para recibir a los invitados. En previsión de que haya algún retraso es conveniente también prever un aperitivo. Hay que dar tiempo a los asistentes a disfrutar de la comida sin apurarles innecesariamente antes de plantear el tema a tratar. Una vez más, le corresponde al anfitrión elegir el momento. Y después, pagar la cuenta, por supuesto.

Vienen los desayunos

En un mundo donde cada vez hay menos tiempo para sentarse y charlar relajadamente, los desayunos comienzan a desplazar a los almuerzos como citas de negocio, al menos entre los ejecutivos anglosajones. Entre sus ventajas: son más rápidos, más ligeros y no interrumpen la jornada.

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