Llega la era de la frugalidad
En las zonas comerciales de Nueva York hay dos tipos de carteles, uno es el de 'rebajas'. No obstante, pese a la bajada de precios fuera de temporada, las tiendas están lejos de registrar la actividad del pasado y el ambiente es definitivamente menos festivo. En el otro cartel se lee 'se alquila local'.
Los neoyorquinos, expertos como nadie en despilfarrar, están entrando en la era de la frugalidad y, pese a su innato y constructivo optimismo, saben que las cosas van a empeorar antes de mejorar. El propio gobernador del Estado, el demócrata David Paterson, ha recordado lo duro de la situación esta semana con la presentación de un presupuesto de austeridad con el que tratará de corregir un déficit que sumará 15.400 millones de dólares entre este ejercicio fiscal y el siguiente (unos 11.064 millones de euros).
Y como es de esperar es duro. No sólo se recortan gastos por valor de 9.000 millones de dólares, sino que, además, se incrementan o se crean nuevos 137 impuestos y tasas más. La ciudad más perjudicada será la propia Nueva York. Para el alcalde, Michael Bloomberg, es un nuevo revés, porque sus cuentas tampoco dan alegrías y está recortando hasta el presupuesto de la policía local y los bomberos.
Por lo que se refiere al ajuste del cinturón, Paterson propone buena parte de los recortes en el presupuesto de educación y en la aportación que su Gobierno tiene que hacer al plan médico de cobertura para los pobres (Medicaid). Además, contempla el cierre de algunas agencias y hasta de 13 centros de detenciones. El gobernador dijo estar consternado porque muchos de los recortes afectan a presupuestos que él mismo ha defendido, sobre todo en educación.
No obstante, lo que más ha trastornado a los ciudadanos es el aumento de impuestos indirectos. Paterson se ha dejado en el tintero una subida sobre la renta que afecte a las clases más altas y ha optado por subidas que van a afectar, de una manera o de otra, a todos los neoyorquinos.
Soda azucarada
Suben los impuestos del alquiler de coches, de la matriculación, los de la gasolina, la televisión por cable y satélite, las entradas para espectáculos, el whisky, los puros, el vino y la cerveza. Una de las alzas más notables es la del 18% en las sodas azucaradas, es decir, que para ahorrar, ahora la Pepsi hay que beberla light, y de lo que más se habla es del llamado 'iPod Tax', con el que se grava la descarga digital de ficheros de música.
El gobernador espera conseguir más recaudación ampliando el número de establecimientos que pueden vender alcohol (que pagarán licencias para ellos) y con subidas de tasas en las universidades públicas.
Paterson sabe lo impopular de sus medidas. 'El otro día alguien tiró unos zapatos al presidente Bush', dijo, 'si cuando termine de presentar este presupuesto ese es mi castigo más severo, firmo ahora mismo'.