Los políticos se enzarzan en una agria polémica por la posible venta de Repsol
La posibilidad de la petrolera rusa Lukoil entre en el capital de Repsol ha desatado reacciones enfrentadas entre los representantes políticos. El líder de la oposición, Mariano Rajoy apeló hoy a la importancia de la energía como "elemento de supervivencia" en cualquier país para exigir al Gobierno que impida esta operación, a la que considera "inmoral e inaceptable", mientras que el secretario de Estado de Economía, David Vegara, ha advertido que se analizarán "todos los elementos" de la operación.
El Partido Popular ya mostró su rechazo a la posible compra de Repsol el pasado viernes, cuando su portavoz de economía, Cristóbal Montoro, aseguró asegurado que el proceso tendrá "consecuencias para los consumidores y el tejido" de la pequeña y mediana empresa. Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, exigió ayer al Gobierno que impida la entrada de Lukoil en Repsol y aseguró que haría "lo imposible" por evitar una operación "inmoral", que, según él, convertiría a España en un país de "quinta división" y aseguró hoy en un acto en Galicia: "no lo vamos a aceptar". Además, la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, acusó al presidente del Gobierno de falta de credibilidad y le dijo que Repsol YPF "tiene que ser una empresa española".
Por otra parte, el secretario de Estado de Economía, David Vegara, aseguró que el Gobierno responderá sobre la operación de compra de un paquete de Repsol por parte de la rusa Lukoil cuando tenga todos los detalles y el anuncio se plantee de forma "oficial". Y recordó que uno de los condicionantes del Gobierno español para ver con buenos ojos el desembarco ruso pasa por garantizar la seguridad del suministro y el respeto a los términos de los acuerdos entre accionistas de la petrolera española. "Nuestro interés es asegurar que esta empresa siga funcionando adecuadamente y cumpliendo sus objetivos", sostuvo.
El portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, Gaspar Llamazares, acusó al PP de mantener "una actitud "hipócrita" en el caso de Repsol por pedir cuentas al Gobierno de España "cuando ha sido el responsable de las privatizaciones de las principales empresas públicas españolas". El ex coordinador general de IU acusó también al PSOE de no haber aprendido de la crisis, porque, según ha resaltado Llamazares, "no todo lo decide el mercado". Llamazares considera que Repsol "no debe perder su identidad española", por lo que instará al Gobierno a que emprenda las negociaciones oportunas y tome las medidas necesarias para que la petrolera conserve su carácter nacional.
El vicepresidente de la Xunta de Galicia, Anxo Quintana, también ha manifestado su opinión al respecto al pedir al Gobierno que "dé un puñetazo en la mesa y mande parar" la operación de especulación de la empresa Lukoil sobre la petrolera Repsol YPF. Quintana ha dicho: "Me preocupan los puestos de trabajo, que en Galicia son muchos, el suministro energético a la población y cómo va a quedar después de esto, así como los proyectos energéticos estratégicos que hay en Galicia al servicio de la economía productiva y que no sabemos que futuro van a tener después de esta operación bursátil", afirmó.
Lukoil, la segunda mayor petrolera rusa y de capital privado, ha mostrado su interés en comprar la participación del 20% de Repsol YPF que Sacyr Vallehermoso ha puesto en venta, así como un 10% adicional en manos de otros accionistas. El 30% de Repsol YPF presenta un valor en Bolsa de más de 5.000 millones de euros en función de los actuales precios de mercado. Esta operación supondría un desembolso para Lukoil de más de 9.000 millones de euros, una tercera parte de su valor en Bolsa.