El candidato de Zapatero no gusta a todo el mundo
José Manuel Barroso cuenta con el apoyo de varios Gobiernos, entre ellos el español, para renovar como presidente de la Comisión Europea. Pero la popularidad del portugués no llega mucho más lejos. Y las críticas por su pasividad y sumisión a las capitales empieza a arreciar hasta el punto de que algunos países quieren confirmarle en el cargo cuanto antes por temor a que su candidatura no aguante hasta noviembre de 2009.
El último en cuestionar duramente la gestión de Barroso al frente de la Comisión ha sido una voz tan respetada como la del antiguo ministro alemán de Asuntos Exteriores, Josckha Fischer. El antiguo líder de Los Verdes cree que el único credencial de Barroso para renovar es su debilidad frente a los Gobiernos, que en estos momentos de desorientación en la UE prefieren contar en Bruselas con un comodín fácil de manipular. Pero Fischer no es el único.
Las críticas a Barroso parecen confirmadas por las palmadas que recibe incluso de Gobiernos alejados ideológicamente del portugués (miembro del Partido Popular Europeo). Entre esos apoyos figura el de José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los pocos miembros del actual Consejo Europeo adscrito al Partido Socialista Europeo. "Cuenta con mi respaldo", señaló Zapatero sobre la renovación de Barroso al término de la cumbre europea del pasado 7 de noviembre en Bruselas. ¿Los motivos? "Que su gestión ha sido positiva en general para la Unión y ha estado cuajada de una buena relación con España", añadió el presidente del Gobierno. ¿Son méritos suficientes?