Las fusiones vuelven a acechar a las cajas
Castilla y León, País Vasco, Extremadura y Andalucía han reabierto los proyectos de unión de las entidades de ahorro de su comunidad.
Más fusiones. æpermil;sta será una de las herencias que dejará la crisis mundial para el sistema financiero español, según los expertos. Las turbulencias han obligado a las cajas a desempolvar algunos de sus antiguos proyectos como una de las alternativas para capear el temporal y asegurarse el suficiente tamaño para su crecimiento futuro en un entorno económico bastante más desfavorable.
De momento, cuatro comunidades autónomas (País Vasco, Andalucía, Castilla y León y Extremadura) han iniciado el proceso. Sin embargo, la historia demuestra que, a pesar de la férrea voluntad mostrada por los representantes políticos, presentes en los órganos de Gobierno de las entidades, la unión de varias cajas suele tardar años en fraguarse, bien por el cambio del tono político en las instituciones o por los desencuentros entre los dirigentes de las cajas.
Sin ir más lejos, BBK y Kutxa retomaron hace año y medio la idea de unir sus fuerzas, un objetivo que comenzó a gestarse a finales de la década de los noventa. En esta ocasión, la tercera caja de la región, Vital, ha preferido no participar en el proyecto, pero podría sumarse más adelante. Entre las tres entidades sumarían más de 58.000 millones de euros de activos y 900 oficinas. De momento, el pasado jueves los consejos de BBK y Kutxa aprobaron la fusión que dará lugar a la tercera caja por beneficio. Ahora se espera que a finales de año pueda pasar el visto bueno de las asambleas de las dos cajas.
Distintas recetas
Cada región, sin embargo, ha elegido una receta. Las autoridades de Castilla y León han perfilado un borrador de su proyecto, que presentaron la pasada semana a las seis entidades de ahorro de esta comunidad, en el que contemplan la creación de una gran caja 'virtual'. Su intención es vencer las resistencias locales con la constitución de un grupo financiero encargado de supervisar la política de inversiones y los riesgos de este conjunto de cajas, pero que cada una de ellas mantenga su sede, marca, red de oficinas y la gestión de su obra social, el punto más polémico.
En Extremadura se espera que se dé un impulso a la unión entre Caja Extremadura y Caja Badajoz, un propósito que ya se ha abordado antes, mientras que en Andalucía el presidente de la Junta, Manuel Chaves, ha reanudado los contactos con las entidades para sentar las bases para la constitución de 'una gran caja'. La meta de Chaves se demorará, ya que Cajasol, resultado de la unión de El Monte y San Fernando, no culminará su integración hasta abril. Además, las cajas de Granada y Cajasur se oponen a este proyecto. La nueva caja andaluza contaría unos activos de 93.000 millones y 2.700 sucursales.
Otras autonomías aún no han movido ficha, si bien en algunas de ellas, como Cataluña con 10 cajas, tendría lógica que se iniciara un proceso de concentración.
De cualquier modo, estos planes por separado no son la solución a todos los males. Quedan pendientes las fusiones interregionales, una opción que sólo se ha materializado cuando una caja estaba al borde de la quiebra, debido a las reticencias de los políticos a ceder su cuota de poder. Para eliminar estas trabas, el Gobierno estudia acometer un cambio legislativo, que incluya que la autorización de estas operaciones sea competencia de Economía y del Banco de España. En la actualidad, además de estos dos organismos deben contar con el beneplácito de los organismos autonómicos. Con esta iniciativa, que ya se ha planteado con anterioridad, se persigue que las fusiones sean 'más razonables', es decir, que su finalidad sea reducir riesgos, ganar tamaño y ahorrar costes. Pero, de momento, no es una prioridad para el Ejecutivo.
El turno de la banca mediana
Los expertos consideran que también le ha llegado el turno a la banca mediana española, un sector que podría ver acelerado su proceso de concentración como consecuencia de la actual crisis. Aunque los consejos de administración de la mayoría de estas entidades controlan el suficiente porcentaje del capital como para garantizar su independencia, la entrada inesperada del francés Crédit Agricole en Bankinter hace ahora un año fue el primer aviso de que ninguna entidad está lo suficientemente protegida. Ahora, con las turbulencias financieras mundiales y el pinchazo del mercado inmobiliario en España, los analistas creen que las posibles combinaciones de unión entre bancos de tamaño mediano son múltiples. Y señalan como posibles candidatos a protagonizar alguna de estas operaciones a Popular o Sabadell o Pastor. En esta última entidad, sin embargo, la Fundación Pedro Barrié de la Maza tiene una participación del 41,01%. Otros bancos, como Guipuzcoano o Valencia, también están blindadas debido la presencia en su capital de las cajas vascas en el primer caso o de Bancaja en el segundo.