Bruselas prevé adelantar el pago de los Fondos de cohesión para frenar el impacto de la crisis
La Comisión Europea pidió hoy a los Estados miembros que hagan lo posible por minimizar el impacto de la crisis en los ciudadanos, luchando contra el desempleo y la pérdida de poder adquisitivo, y, sobre todo, que actúen de manera coordinada, igual que hicieron ante las turbulencias financieras. Su presidente, Barroso ha abogado por acelerar la ejecución de los programas previstos, así como los pagos a los Estados miembros, para frenar las consecuencias de la crisis.
Desde el ejecutivo de la UE, su presidente, José Manuel Durao Barroso, instó a los gobiernos a adoptar de inmediato medidas para estimular la demanda y el empleo, así como iniciativas para apoyar a las familias y a los colectivos más golpeados por la crisis.
Bruselas plantea, entre otras ideas, utilizar el Fondo europeo de ajuste ante la globalización para ayudar a los parados a volver al mercado laboral, impulsar la inversión en infraestructuras de transporte, energía y alta tecnología para crear empleos a corto plazo y no abandonar la lucha contra el cambio climático y en favor de la eficiencia energética.
El responsable europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, recordó que la UE afronta esta crisis con una situación fiscal bastante saneada y animó a los países a utilizar "todo el margen de maniobra" que les da el Pacto de Estabilidad.
Almunia no desaprovechó la ocasión para recordar al Banco Central Europeo la contribución que la política monetaria puede hacer al crecimiento, una vez que se han moderado las tensiones inflacionistas.
El presidente de la Comisión destacó, por su parte, que la UE cuenta con un presupuesto de 350.000 millones de euros para políticas de cohesión para el periodo 2007-2013 y abogó por acelerar la ejecución de los programas previstos, así como los pagos a los Estados miembros, para frenar las consecuencias de la crisis.
Durao Barroso anunció que la Comisión presentará el próximo 26 de noviembre un "plan de recuperación" de amplio alcance con medidas que pueden entrar en vigor a corto plazo para facilitar que Europa recupere una senda de crecimiento sostenido.
Ambos mandatarios incidieron en que la UE está demostrando su capacidad de reacción ante la crisis y aludieron en concreto a la decisión adoptada anoche por la que se facilitará a Hungría un préstamo de 6.500 millones de euros para estabilizar su economía.
Este mecanismo de asistencia, regulado en el Tratado, tiene un umbral de 12.000 millones de euros y Bruselas planteó hoy elevarlo hasta 25.000 millones.
La Comisión también destacó hoy el papel que puede jugar el Banco Europeo de Inversiores (BEI) para ofrecer financiación a las empresas en esta fase de estrechez de crédito y propuso a los países el aumento de su dotación de capital.
El presidente del ejecutivo comunitario recalcó, por último, que la política medioambiental "es parte de la solución" a la crisis e incidió en que el fomento de la eficiencia energética ofrece "nuevas oportunidades" para las empresas.
Aludió, por ejemplo, a la posibilidad de fomentar el ahorro en los edificios y al impulso de los automóviles menos contaminantes.