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Elecciones presidenciales

La economía y el enfrentamiento directo protagonizan el ultimo debate de la campaña

El último de los tres debates de la campaña a las elecciones fue el más agresivo de todos porque los candidatos pudieron responder a los comentarios de su contrario y John McCain dejó pasar pocas oportunidades para atacar a Barack Obama. En uno de los días más oscuros para los mercados, la economía fue junto con este enfrentamiento directo la protagonista del debate.

El candiato republicano llegó al ultimo debate con la misión de remontar en unas encuestas que le dejan a mucha distancia del demócrata. Para ello, y gracias al formato de un debate que permitía el diálogo entre los dos, McCain no dejó de cuestionar el programa de Obama y su criterio como politico y como ciudadano. Eso le dio la oportunidad al democrata de responder exponiendo sus propuestas y compararlas con las de su oponente manteniéndose a la defensiva. Obama exhibió su ya conocida calma, sus dotes de elocuente orador y su estilo más didáctico (casi parecía un profesor) para defender, sin arriesgar, su liderazgo a apenas tres semanas para las elecciones.

La economía fue, inevitablemente, la cuestión en torno a la que giró la conversación la mayor parte del tiempo. La política fiscal y la clase media, la reforma del sistema de salud, la política energética y las propuestas sobre libre comercio centraron un debate del que estuvo notablemente ausente la posición de los candidatos sobre la recapitalización de la banca puesta en marcha por la Administración Bush y que efectivamente supone la nacionalización parcial de esta. Unicamente McCain se refirió de forma tangencial al Plan Paulson, también conocido como TARP por las siglas en ingles de compra de activos con problemas. Para McCain, en este plan tendría que haber habido una solución para los propietarios que están perdiendo sus viviendas.

Obama, que ha arremetido contra el plan propuesto por McCain en este sentido, y que consiste en que el Gobierno compre las hipotecas con problemas por el 100% de su valor, tampoco se refirió al TARP.

Pese a los momentos de extrema debilidad de la economía y los fuertes compromises que ha adquirido el Gobierno para frenar y dar marcha atrás en esta situación, McCain dijo que tenía aún el compromiso de equilibrar el presupuesto. Precisamente esta semana se ha sabido que el de este año se ha cerrado con un deficit de 455.000 millones de dólares, un récord.

A la pregunta de qué gastos se habrían de eliminar para conseguir caminar hacia el equilibrio, ninguno de los dos candidatos respondió de manera satisfactoria. McCain volvió a enfatizar que acabará con los gastos que se consideran caprichosos y de objetivo dudoso, algo que según los analistas es como una gota de agua en un océano porque apenas son más de 18.000 millones de dólares.

La mayoría de los analistas consideraron que el de ayer fue el mejor de los tres debates que han enfrentado a los candidatos y que McCain ha mejorado su discurso y tuvo cierto éxito al acorralar a Obama. "Yo no soy el presidente Bush", dijo para evitar la crítica del demócrata de que él representa la continuidad de la actual casa Blanca. "Si te querías medir con él tendrías que haberte presentado a las elecciones en 2004", afirmó tajante.

No obstante, el candidato republicano,que no paró de hacer unos gestos durante toda la velada que denotaban su desdén por Obama, no consiguió provocar a su oponente y su táctica le costó perder puntos por su pose ya que se presentó como un candidato enfadado y agresivo. Las encuestas inmediatas de CBS, CNN y los primeros datos de FOX, daban como ganador anoche a Obama una vez más.

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