La universidad, a examen
Ha de ser útil. Debe renovarse, adaptarse a los cambios y a las exigencias de la sociedad.
El modelo ha caducado. Las universidades españolas han jugado un papel importante en el desarrollo de la sociedad, pero ya no es suficiente. La globalización, el acceso a la información gracias a la irrupción de las nuevas tecnologías, las exigencias laborales en cuanto al desarrollo de competencias personales son, entre otros, algunos de los factores que reclaman de manera urgente que la universidad emprenda una profunda reforma.
Han de tener una mayor vinculación con el sistema productivo. Y para conseguirlo deberán modificar sus órganos de gobierno y su sistema de financiación, que se nutre principalmente de fondos públicos. 'Tienen que evolucionar adaptando su forma de gobierno a un sistema que produzca eficiencia, huyendo del asambleísmo o del consenso político', afirma el presidente de Yamaha en España, Jorge Lasheras. Cada vez tienen una mayor responsabilidad, prosigue este ejecutivo, ya que deben poner a disposición de la sociedad a las personas formadas que los actores sociales, económicos y políticos demandan para poder abordar los retos exigidos por el desarrollo del mundo actual.
Lo ideal, afirma el director de investigación, marketing y diseño del Grupo Antolín, Fernando Rey, sería que la universidad capitalizase las necesidades del entorno social y generase líneas prioritarias de investigación que apoyen, por otra parte, los títulos de grado o posgrados impartidos. Un cambio de talante de la universidad frente a la empresa. Precisamente, uno de los objetivos de la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, es aprovechar las sinergías de ambas instituciones. También es el deseo del presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación de España, Javier Gómez Navarro, quien insiste en la necesidad de un cambio general, encaminado a que esta institución actúe como agente dinámico de la sociedad del conocimiento. 'Otro cambio de gran calado, éste más difícil de alcanzar, debería propiciar la elección del rector por quienes representan el interés social, el gobierno democráticamente respaldado por el parlamento del ámbito competencial correspondiente o el propio consejo social'.
Todas las reflexiones pertenecen a los miembros del patronato de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), presidido por Ana Patricia Botín.
Narcís Serra. Presidente de Caixa Catalunya. 'Hay que exigirle un mayor cumplimiento de objetivos'
Los órganos de gobierno de la universidad deberían reducir su dependencia del círculo académico y vincularlos a estamentos surgidos de la propia sociedad. Es la primera observación que realiza el presidente de Caixa Catalunya, Narcís Serra, quien agrega que es 'conveniente la reducción progresiva del carácter funcionarial del personal docente e investigador'. En cuanto a la financiación, 'sería necesaria una mayor vinculación de la misma con el cumplimiento de los objetivos en la triple función de la universidad: docencia, investigación de calidad y transferencia en tecnología'. Por otro lado, la subvención pública a los estudiantes universitarios, dice Serra, no debería ser lineal, sino variar individualmente en función de los rendimientos académicos y de la renta de las familias. 'Tendría que aumentar la transparencia de la utilización de los recursos económicos por parte de las universidades para medir su eficacia y eficiencia', asegura Serra.
El ex político también apunta otra reforma necesaria: el proceso de elección del rector, que se presenta como un factor de gran importancia.
Ramón Roca. Presidente del Grupo Ros Roca. 'Creo en esta institución como factor clave para un futuro mejor'
Compagina su faceta de empresario con la presidencia del consejo social de la Universidad de Lleida, y considera que esta institución es el factor clave para un futuro mejor. 'Confío en su talento y capacidad de respuesta a las necesidades de un mundo globalizado fruto de la suma de todas las singularidades que lo conforman', señala el presidente del grupo Ros Roca, Ramón Roca.
Si mira hacia adelante, ve 'una universidad internacionalizada, con alianzas'. Ahora bien, esta institución, a la que califica de 'sabia, creativa y potente, igual que cualquier otra organización que nace con carácter de permanencia, debe estar coherentemente orientada y gestionada profesionalmente para poder lograr su misión con eficacia y eficiencia'.
Según Roca, la universidad, como servicio público que es, tiene que esforzarse en la apertura de la sociedad civil, así como en reconocer los cambios como oportunidades de progreso. 'Del mutuo diálogo surgirán las soluciones. Se trata de colaborar con nuestra reflexiones a que la universidad se adapte a la sociedad del conocimiento'.
Guillermo Ansaldo. Director general de Telefónica España. 'Tiene que aprovechar las nuevas tecnologías para ser creativa'
Cuando el acceso a los conocimientos está hoy en día plenamente universalizado y el intercambio de opiniones a nivel global está instaurado entre usuarios unidos por perfiles de interés comunes, 'es difícil concebir una universidad que no alcance estos mismos objetivos', afirma Guillermo Ansaldo, director general de Telefónica España.
Invita a las universidades a ser más activas: 'Cuando todo en la red anima a la creatividad y a la búsqueda activa de propuestas y de soluciones, la universidad debe modificar drásticamente la relación de pasividad del alumnado con el profesorado y aprovechar las nuevas tecnologías para establecer una conversación creativa'. Ansaldo insiste en que la universidad no debe dar la espalda a las nuevas herramientas tecnológicas que se están difundiendo a través de la sociedad, ya que el cien por cien de los jóvenes de entre 15 y 25 años son usuarios recurrentes de los servicios tanto culturales y científicos como de ocio que ofrece internet.
Por último, señala que las nuevas tecnologías deberían ayudar a reducir los costes de gestión de la enseñanza universitaria, racionalizando los servicios.
Fernando Tejerina. Catedrático de la universidad de Valladolid. 'Ha de cambiar su modelo de financiación y modernizarse'
La universidad española, apenas concluida la transición iniciada a mediados de los años ochenta, se encuentra inmersa en una transición nueva, en un cambio de modelo universitario, para acceder al ámbito de la universidad moderna demandada por la sociedad del conocimiento, que es una sociedad abierta, competitiva, cambiante y compleja. La reflexión la plantea el catedrático de la Universidad de Valladolid Fernando Tejerina, patrono de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) a propuesta del Banco Santander.
Añade que el marco jurídico universitario, que debe facilitar y dinamizar su proceso de modernización, es susceptible de mejora en dos aspectos: el modelo de financiación, sobre todo en cuanto a la distribución de los recursos aportados por las Administraciones, y el modelo de gobierno, muy vinculado a la estructura y organización de la universidad, a la gestión de sus actividades y a la participación de toda su comunidad. 'El modelo de gobierno debe permitir adoptar decisiones con agilidad, criterio cualificado y responsabilidad, así como asignar competencias y, por tanto, responsabilidades', señala Tejerina.
Amparo Moraleda. Presidenta de IBM. 'En tres años queda obsoleta la mitad de la formación'
Cree que existen dos retos a la hora de impulsar la capacidad de nuestro sistema universitario como motor de generación de talento. 'En primer lugar, la flexibilidad necesaria para sincronizarse con un mundo que vive en un continuo y acelerado proceso de cambio'. Según Amparo Moraleda, 'hay estudios que ofrecen datos tan contundentes como que los empleos especializados que serán más demandados en 2010 simplemente no existían seis años antes'.
O que, debido al vertiginoso avance tecnológico, 'la mitad de lo que un estudiante aprenda en su primer año de estudios estará obsoleto en su tercer año de carrera'. El segundo gran reto, asegura la presidenta de IBM, tiene que ver con un hecho diferencial: la innovación se produce hoy, sobre todo, en colaboración universidad y empresa. Ambas instituciones 'necesitan colaborar con más intensidad que nunca y a partir de esquemas posiblemente nuevos'. Porque ya no basta, dice Moraleda, con que universidad y empresa se pasen razonablemente bien el testigo del talento 'cuando el estudiante se convierte en profesional, en proceso lineal y delimitado de manera rígida'.
Ana Patricia Botín. Presidente de Banesto y de la Fundación CYD. 'El entorno económico demanda estrechar lazos con la sociedad'
Los grandes retos que imponen la globalización y la intensa competencia exigen a las universidades adaptarse y centrar su atención en la generación de valor añadido, la transferencia de este conocimiento a la sociedad, el fomento del espíritu emprendedor, la creación de empresas y de patentes, así como la formación continua, la empleabilidad y el desarrollo de las competencias profesionales. Son palabras de la presidente de Banesto y de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (FCYD), Ana Patricia Botín, quien señala que la universidad debe dotarse de una estructura de gobierno y una organización que le den autonomía y flexibilidad.
'El nuevo entorno económico exige, además, estrechar las relaciones entre la universidad y la empresa, unos lazos que deben basarse en la confianza y en abrir vías para conocerse, colaborar y reforzarse mutuamente, porque en una sociedad abierta y del conocimiento, las empresas necesitan a las universidades y éstas al tejido empresarial'.
Ana Patricia Botín preside la Fundación CYD, creada hace un lustro, con el fin de impulsar el conocimiento y reflexionar sobre el papel de la universidad en la sociedad.
Josep LLuís Bonet. Presidente de Freixenet. 'Ha llegado el momento de acreditar un nivel de exigencia'
Con el debido reconocimiento a la labor acometida por las universidades españolas en los últimos años en cuanto a investigación y formación, 'ha llegado el momento en que es inaplazable acreditar un nivel de exigencia cualitativo en la formación del alumnado que responda al esfuerzo presupuestario que implica la enseñanza universitaria', señala el presidente de Freixenet, Josep Lluís Bonet.
Asimismo, prosigue, es el momento de hacer avanzar de manera definitiva la transferencia de conocimientos y de tecnología hacia el mundo productivo y el tejido empresarial. 'En este último empeño, se da como condición necesaria la estructuración de unas buenas relaciones entre la universidad y la empresa, que es un factor clave del desarrollo económico', afirma.
El empresario catalán agrega que todo esto se hace más necesario cuando la desaceleración económica, por la que se atraviesa en estos momentos, plantea mayores exigencias al esfuerzo de las empresas. En este sentido, apunta que es necesaria una labor de reflexión, sensibilización y comunicación social.
Javier Monzón. Presidente de Indra. 'Se le pide que sea cada vez más competitiva'
Considera necesario flexibilizar el marco legal y regulador de los sistemas de gobierno de las universidades españolas, aceptando que pueda haber modelos y fórmulas diferenciados. 'En un entorno cambiante de cada vez mayor exigencia competitiva también para las universidades, es preferible la diversidad responsable a un sistema uniforme, que difícilmente asegura el mejor horizonte de futuro y el grado de excelencia necesario'.
En este sentido, añade Javier Monzón, se debe seguir profundizando y ampliando la autonomía de las universidades para que asuman crecientes responsabilidades en los ámbitos de definición de su oferta educativa y actividad investigadora, de gestión y de contratación de recursos.
En este apartado, agrega el presidente de Indra, se incluye la política de precios y de ayudas económicas, así como de selección de alumnos y de profesionales, educadores e investigadores. Asimismo, 'deben flexibilizarse los instrumentos articuladores de la relación con el tejido industrial y el sector empresarial, con los que debe vincularse prioritariamente la actividad investigadora y también, de forma creciente, la educativa'.
Francisco Martín Frías. Presidente de MRW. 'Deben formar en habilidades personales, idiomas y tecnología'
La gestión de las universidades es una de las áreas en las que hay que trabajar, en opinión de Francisco Martín Frías. 'Los mecanismos, tanto para el personal docente como para el alumnado, de selección, evaluación, inversión y resultados tienen que obedecer a indicadores universales y comparativos de calidad universitaria, y donde la contribución del Estado tiene que estar vinculada a la contribución y aprovechamiento de estos recursos'.
La formación en competencias que demanda el mercado laboral es otra de las asignaturas pendientes, según el presidente de MRW. 'Deben apostar por preparar tecnológicamente a nuestros universitarios, sea cual sea la especialidad que estén cursando'. También han de hacer hincapié en la formación en idiomas y en el desarrollo de competencias personales y relacionales que en su día a día van a necesitar.
'Tendrán que aprender a negociar, a realizar presentaciones en público, a tener empatía, liderazgo, capacidad de trabajo en equipo, entre otras', afirma Frías. Todo ello en paralelo con una mayor apertura, relación y colaboración del tejido universitario con el empresarial y viceversa.
Amadeo Petitbó. Director de la Fundación Rafael del Pino. 'Su capacidad de gestión es mejorable'
Las universidades españolas deben estar atentas a los avances tecnológicos y contribuir a su impulso mediante la investigación y su aplicación a las necesidades de las empresas. Así lo cree el director de la Fundación Rafael del Pino, Amadeo Petitbò, quien asegura que para tal cometido 'los fondos necesarios pueden proceder tanto del sector público como del privado'.
En consecuencia, las universidades deben organizar una estructura de gestión encargada de la búsqueda de recursos y su asignación eficiente, lo que supone evaluar los resultados alcanzados. 'Hasta el presente, las universidades han prestado una atención insuficiente a dicha búsqueda y su capacidad de gestión es manifiestamente mejorable'. Porque, según Petitbò, todavía no tienen suficiente confianza en sus relaciones con el sector privado, a pesar de que se dispone de muchos ejemplos coronados por el éxito. 'Los profesores no consideran que forman parte de una organización y los órganos rectores universitarios tampoco articulan las actividades de los profesores con el fin de alcanzar unos objetivos fijados anualmente con resultados competitivos'.