Déficit de decisiones
El pasado fue otro fin de semana duro para los políticos y los banqueros europeos. Hicieron lo que se suponía que tenían que hacer, pero parece que el futuro nos depara otra dura semana.
Las autoridades lo están intentando. El sábado por la mañana tres bancos europeos afrontaron serios desafíos. Los rescates del Hypo Real Estate en Alemania y parte del belga Fortis se han demostrado inadecuados, mientras el italiano Unicredit se muestra corto de capital.
Pero ayer lunes, los problemas ya estaban resueltos mediante un gran rescate, una toma de control y una ampliación de capital respectivamente. No está mal para una región con una reputación de indecisión patológica. Hubo también garantías de nuevos depósitos en Alemania, Austria y Dinamarca, palabras de aviso de los líderes de las cuatro mayores economías europeas e insinuaciones de recapitalización de la banca británica.
Pero no ha sido suficiente para los inversores. Las Bolsas de la región cayeron ayer, los mercados de capital continuaron virtualmente congelados y el euro volvió a debilitarse. Hubo preocupaciones específicas sobre el sobreendeudamiento de Islandia y Rusia, aunque la lectura nefasta de las noticias es, simplemente, parte del ambiente global.
No deberíamos haber llegado a esto. Hace un año, Europa parecía bien situada para eludir los contagios financieros. Reino Unido tenía problemas similares a los de EE UU: burbuja inmobiliaria y un gran déficit comercial, pero la eurozona tenía pocas burbujas, un comercio saneado y unos Gobiernos razonablemente prudentes, un banco central firme y una fuerte tradición de bancos bien gestionados. Pero ha cambiado, y algunos bancos europeos han tonteado demasiado con los sobrevalorados y complejos instrumentos financieros estadounidenses. Las autoridades también han bajado la guardia. Los Gobiernos han aplicado soluciones fragmentadas y el banco central ha reactivado la provisión de liquidez.
Con Asia ralentizándose y EE UU agobiado, Europa no puede depender del resto del mundo para recuperar la confianza. Necesita grandes dosis de audacia por sí sola. Quizás Reino Unido, el más afectado entre las grandes economías europeas, debe liderar la recuperación. Una reorganización comprensiva -con los contribuyentes obteniendo acciones preferentes y los bancos dirigidos hacia una reducción ordenada de sus niveles de endeudamiento- podría ser lo que los mercados necesitan. Por Edward Hadas
Supervivencia hipotética
El rescate del Hypo Real Estate es un mero indulto. Los bancos y las aseguradoras alemanas, junto con el Bundesbank, han avanzado al banco una línea de crédito de 50.000 millones de euros, tutelada con la garantía del Estado. Pero el paquete de rescate tiene que ser ampliado con los 15.000 millones de euros negociados desesperadamente el fin de semana para taponar el creciente agujero del Hypo. El banco tendrá que reducirse paulatinamente.En unos pocos días, Hypo ha logrado desestabilizar el aparentemente sólido sistema financiero alemán, asustar a sus ahorradores y culminar con la petición de la cabeza de su máximo directivo. Y también asolar virtualmente la inversión de 1.100 millones realizada por el estadounidense JC Flowers por el 25% del grupo.Hypo parecía sólido. Tenía 400.000 millones de euros en instrumentos de inversión y un ratio de capital sobre Tier 1 de 8,3%. Pero dependía fatalmente de los fondos a corto plazo para sus inversiones a largo plazo en inmobiliarios e infraestructuras. Esta debilidad aquejó a Depfa, el banco público dedicado a financiar infraestructuras que Hypo compró en 2007.Las dificultades de Depfa empeoraron la pasada semana cuando la liquidez se hizo más escasa. Y creció también la inquietud sobre la calidad de los activos del grupo. Las instituciones germanas que acordaron proponer una línea de crédito de 35.000 millones de euros para facilitar fondos al banco descubrieron que el agujero era más grande de lo que pensaban. Se retiraron y el Gobierno alemán tuvo que camelarles para que duplicasen su participación en la línea de crédito hasta 30.000 millones.Las autoridades estaban especialmente nerviosas ante la posición que mantiene el Hypo en el mercado de Pfandbrief que acumula 900.000 millones de euros. Estos títulos garantizados con hipotecas son muy populares entre los ahorradores alemanes. Hypo dispone de una quinta parte de este mercado. Problemas en el Pfanbrief podría haber hecho cundir el pánico.El rescate era, pues, vital, aunque el futuro del Hypo resulta incierto. Los fondos a corto plazo escasean tanto como el agua en el desierto y el valor de su cartera de propiedades internacional es dudoso. Las instituciones financieras alemanas y los contribuyentes no querrán asegurar el Hypo por mucho más tiempo. La única salida es reducir el grupo a un negocio sostenible con una nueva dirección. Y luego encontrar un comprador. Por Michael Prest