El oráculo da un espaldarazo al Plan Paulson
El paciente que está en el suelo con un ataque al corazón no es Wall Street, sino la economía americana'. Ese es el diagnóstico más amplio que Warren Buffett ha dado de una crisis financiera que le ha catapultado en varias ocasiones al centro del huracán para tratar de apaciguar la tormenta, algo que sólo puede hacer quien es considerado el mejor y más sagaz inversor del mundo.
La primera vez que el llamado oráculo de Omaha, el segundo hombre más rico de EE UU, lo hizo fue hace unos días cuando Goldman Sachs llamó a su puerta para venderle una participación en la firma. Buffett, negoció un acuerdo beneficioso para sus intereses, comprar 5.000 millones en acciones preferentes. Un empleado de este grupo que quiere el anonimato aseguraba a este periódico que la inyección de moral de Buffett había sido definitiva para atajar la creciente crisis de confianza en un banco 'en el que tengo la suerte de trabajar, ahora más que nunca'.
El miércoles, Buffett hizo una operación muy similar con General Electric y por la noche le dijo a uno de los mejores entrevistadores del país, Charlie Rose, que tiene confianza en EE UU porque el sistema sobre el que descansa el progreso del país ha podido 'desarrollar muchos potenciales'. Para Buffett no ha llegado el momento de enterrar el sistema capitalista aunque reconoce que 'siempre que hay mercados la gente termina cayendo en los excesos'. 'No vamos a cambiar al animal humano', decía divertido el inversor. 'Y los humanos no somos cada vez más listos', sentenciaba.
'Tenemos todos los ingredientes para conseguir un futuro sensacional, es sólo que el atleta que es como describe a la economía americana está en el suelo', le dijo en un tono más serio a Rose en su programa de televisión tras admitir que en su vida adulta no había vivido una situación semejante.
Buffett cree que, en la práctica, la economía americana está en recesión, 'y no quiero dar falsas esperanzas, va a empeorar'. No obstante, considera que desde el Tesoro dirigido por Henry Paulson se ha dado el paso correcto al presentar un Plan que tiene como misión desembolsar 700.000 millones de dólares de dinero público para comprar activos ilíquidos de la banca y, con ello, reactivar el crédito.
Para este inversor, el Plan es tan bueno que le gustaría tomar una participación del 1% en él. 'Con los precios actuales del mercado, creo que se va a ganar mucho dinero', hasta dos billones de dólares si comprar a los precios adecuados con esos 700.000 millones. 'Es el tipo de cosas que a mi me encanta hacer', explicaba un veterano de la inversión que nunca se ha apartado de la doctrina de que hay que comprar barato y vender caro. Eso es algo que le ha llevado a una cierta pasividad hasta ahora. A sus inversores en Berkshire Hathaway les ha dicho que su estrategia es 'ser codicioso cuando otros tienen miedo y tener miedo cuando el resto es codicioso'.
Buffett dijo confiar Paulson ('yo le daría un cheque en blanco') pero admitió que va a ser difícil medir el éxito del plan inmediatamente porque la economía va a empeorar y el paro va a subir. 'Va a ser duro y vamos a necesitar líderes que expliquen qué pasa'. El inversor aseguraba que no le ha gustado lo que ha pasado últimamente en Wall Street o las compensaciones de los ejecutivos, pero no quiero dar lecciones ahora. 'Es mejor no pasar semanas buscando a los responsables. Mientras el atleta está en el suelo, lo primero es que se recupere'.
El inversor dijo a Rose que ha habido dos días en los que ha estado muy inquieto. El primero fue cuando la Cámara baja denegó el apoyo al Plan. 'Esta crisis es como Pearl Harbor y cada día que pasa sin reaccionar es un día que se está perdiendo la guerra'. El otro fue cuando AIG se tambaleó. 'Podría haber afectado a todo el mundo'.
AIG estaría bien hoy si no se hubiera metido en derivados, decía Buffett. Desde hace años los ha llamado 'armas de destrucción masiva'. Buffett recordó que muchos bancos europeos se han metido en el mismo charco que los americanos. 'Tienen hipotecas de gente de Omaha', dijo, divertido. Y dio un consejo: no entrar en cosas que no se entienden. 'Tengan cuidado con los listillos que van vendiéndoles fórmulas'.
'Innovadores, imitadores e idiotas'
'El mayor problema que hemos tenido es la burbuja inmobiliaria', dijo en la noche del miércoles (madrugada en España) Warren Buffett. 'Unos 300 millones de americanos, el Gobierno, las instituciones financieras y los medios de comunicación pensaron que los precios de las casas seguirían subiendo de forma consistente y ahora tenemos un mercado residencial valorado en 20 billones de dólares que está pinchándose', explicó.Su entrevistador. Charlie Rose le preguntó si debería haberlo anticipado la gente lista. Y entonces llegó la respuesta de un socarrón inversor que lleva muchos años dejando pasar las oportunidades del momento. 'La gente no se hace más lista cuando hay codicia de por medio'. Uno no puede soportar ver a su vecino hacerse rico sin hacer nada, razonaba Buffett y por ello 'hemos terminado con una progresión nacional de lo que yo llamo las tres íes'. Según Buffett hay 'innovadores', que ganan dinero, 'imitadores', que tratan de emular a los primeros y los que se sienten como unos 'idiotas' si no hacen lo mismo y dejan pasar la ocasión.'Si todo el mundo sigue un camino, cuando uno decide no seguirlo por estar en desacuerdo el resto lo considera un poco tonto', dijo el inversor que se mantuvo al margen de los derivados y de las empresas puntocom cuando todo el mundo vio una mina de oro en ellas.