El Congreso se compromete a tener un rescate para la banca el lunes
Los fracasos para sacar adelante el plan de rescate de la banca propuesto por Henry Paulson hace siete días han forzado al Congreso a mantener las sesiones de forma extraordinaria el fin de semana. Los demócratas y el presidente del Gobierno, George Bush, dijeron que habrá un plan antes del lunes. Los republicanos de la Cámara de Representantes, reacios a éste propusieron el jueves por la noche uno alternativo. La elecciones son el trasfondo de este difícil debate.
Quedan 38 días para las elecciones en las que EE UU no sólo elegirá a su presidente sino que también renovará un tercio de los escaños del Senado y a la totalidad de los de la Cámara de Representantes (la conocida simplemente como House). Con este calendario es difícil saber donde empieza la economía y donde la política, una circunstancia crucial a la hora de enmarcar unas negociaciones que el jueves a las 2.00 de la tarde se calificaron como un éxito, pero que se desinfló rápidamente coincidiendo con la llegada al Capitolio del candidato republicano, John McCain.
El tumultuoso jueves los legisladores dieron por finalizadas a altas horas de la noche unas reuniones a las que acudieron el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el Responsable de la Fed, Ben Bernanke, para tratar de recuperar un diálogo que se perdió cuando los republicanos de la House dijeron tener un plan alternativo al de Paulson que era menos intervencionista.
Esta revelación fue hecha por el republicano de la House, John Boehner, en la reunión que los líderes de ambos partidos en las dos cámaras y los candidatos a la presidencia McCain y Barack Obama tuvieron con el presidente. Pese a que la presentación oficial de este plan, que descolocó y enfadó tanto a los demócratas que llevaban siete días negociando el de Paulson, como a la Casa Blanca, el viernes los líderes de ambos partidos en el comité de banca del Senado y los del comité de Servicios Financieros se reunieron de nuevo para negociar. La vuelta a las negociaciones fue como un alto el fuego en dos bandas que tranquilizó a los mercados.
Antes de las reuniones, los demócratas Harry Reid, líder de su partido en el Senado y el miembro del comité Christopher Dodd, aseguraron en una rueda de prensa que habrá un plan 'porque hay que tenerlo'. Dodd dijo que ellos no querían dar un cheque en blanco al Gobierno y por ello había introducido medidas para supervisar la ejecución de la compra de activos ilíquidos por parte del Tesoro y por valor de 700.000 millones de dólares como máximo. Además se había introducido una provisión para limitar la paga de los directivos de los bancos que se acogieran al plan así como una emisión de warrants a favor del Estado. El jueves contaban con 40 republicanos de 49 en el Senado para aprobar estos principios pero no más de 30 de los 199 legisladores en la House.
El plan que plantean éstos pasa por la emisión de pólizas privadas de seguros de hipotecas que pagarían las propias entidades. Desde Wall Street ese plan se considera inviable.
Boehner, dijo el viernes en una breve rueda de prensa que Nancy Pelosi, la líder de los demócratas, Paulson y el presidente conocían su plan antes del jueves. 'No se a qué juega la Casa Blanca ahora', dijo enfadado y arremetiendo contra el presidente de su propio partido. Bush se dirigió a primera hora de la mañana a la nación en escasos dos minutos diciendo que el proceso legislativo 'a veces no es bonito', pero 'vamos a estar a la altura de las circunstancias' y habrá un plan. Al cierre de esta edición se desconocen los detalles de lo que se negociaba en la tarde del viernes.
Un programa demasiado impopular
El plan de rescate de Henry Paulson, incluso con las modificaciones que plantean los demócratas y los senadores republicanos que no participaron en la revuelta de sus compañeros de la House, es muy impopular. Según una encuesta de Los Angeles Times / Bloomberg, el 55% de los americanos no creen que el estado deba financiar el rescate de la banca. Según Rasmussen Reports, sólo el 28% de los encuestados lo favorece.Esta es la razón por la que los demócratas, que podrían aprobarlo porque son mayoría, no quieren hacerlo en solitario. 'Es el plan del Gobierno de George Bush', decía el senador demócrata Harry Reid el viernes para dar a entender que era cosa de los dos partidos sacarlo adelante. Tanto Reid como su compañero Christopher Dodd dijeron de todas maneras que ni Henry Paulson ni Ben Bernanke habían sido 'muy sensibles a la hora de tomar en cuenta a los electores'. Reid, no obstante, dijo tener en alta estima el criterio de Bernanke por ser un especialista en la Gran Depresión. Paulson, que ayer por la noche se encontró semiarrodillado en la Casa Blanca delante de Nancy Pelosi urgiéndole a que sacara adelante el Plan, dice que el alternativo presentado por los republicanos de la House, no es viable. Al gesto fue correspondido por Pelosi diciendo que eran los republicanos los que se oponían, no ellos.Reid, Dodd y algunos republicanos criticaron el electoralismo y el papel de John McCain que apareció en los pasillos del Congreso cuando el acuerdo estaba casi hecho, a decir de casi todos los senadores de ambos partidos.El ex presidente de la Fed, Alan Greenspan, mandó ayer a una carta al Congreso en la que sin apoyar ningún plan apremiar a una acción inmediata.