Lehman negocia su venta a contrarreloj y con mediación del Tesoro y la Fed
El terremoto del sector financiero americano no da tregua. No hace ni una semana que el Gobierno intervino en Fannie Mae y Freddie Mac cuando ya se ultima la venta urgente de Lehman, a ser posible, este fin de semana, a un consorcio liderado por Bank of America. El Gobierno ayuda a la firma, pero descarta un apoyo financiero.
Las luces no se apagarán este fin de semana en muchas de las oficinas de Wall Street. Lehman Brothers, una entidad nacida en Alabama hace 158 años no parece que vaya a superar la actual crisis del crédito como entidad independiente y sus gestores se han visto empujados a cerrar un acuerdo para su venta. Todo parece apuntar a que éste se anuncie antes de la apertura de los mercados en Asia el lunes aunque no hay garantías de que ocurra.
La lista de interesados en esta operación la lidera el Bank of America, que podría ir solo o acompañado del fondo JC Flowers y un fondo soberano chino para ejecutar una difícil operación a tres bandas. Barclays también podría tener interés.
Algunas empresas de capital riesgo como KKR estarían tentadas pero eso presenta una serie de problemas legales ya que estas firmas tendrían que cambiar su estructura y rendir cuentas a los reguladores de una forma más pormenorizada.
El Tesoro y la Fed, están prestando su ayuda para que Lehman consiga venderse, todo o en partes pero los responsables políticos y monetarios transmitieron que, a diferencia de lo ocurrido cuando JPMorgan compró Bear Stearns, esta vez, no habrá ayuda financiera. En marzo, la Fed asumió la mayor parte del riesgo de esta operación, valorado en 29.0000 millones de dólares, y en la que medió activamente para que JPMorgan se hiciera con un banco que pese a ser uno de los más pequeños de Wall Street, se consideraba que era 'demasiado grande para caer'.
En esta ocasión se considera que el escenario es distinto al de marzo e incluso al de la pasada semana porque a diferencia del caso de Bear Stearns el mercado ha estado muy al corriente de los crecientes problemas de Lehman, el mercado interbancario no está tan distorsionado como entonces y no hay riesgo sistémico.
La crisis de Lehman no responde a un problema de liquidez sino de confianza en el futuro del negocio de un banco que ya no puede asumir riesgos y ha perdido rentabilidad en sus operaciones de banca. De haber tenido problemas de liquidez, su consejero delegado, Richard Fuld, podría haber acudido a la ventanilla de la Fed.
Para Bank of America, la entidad mejor posicionada para hacerse con Lehman, la situación es una oportunidad para reforzar su área de banca de inversión, algo que no ha hecho particularmente feliz a su consejero delegado, Kenneth Lewis en los últimos trimestres por los reveses que han llegado a las cuentas por parte de este negocio en crisis. No obstante, con Lehman, Bank of America reforzaría su posición en el área de renta fija, donde la firma de Fuld es la número uno, y ganaría presencia internacional de un plumazo.
Pese a todo, ayer, los analistas afirmaban que los interesados van a presionar para que el Gobierno les ayude en la compra. Además de Lehman, en Wall Street se podría estar gestando otra operación más. JPMorgan ha mostrado interés por comprar Washington Mutual el mayor banco de ahorros del país, una entidad castigada por la perspectiva de no salir de sus pérdidas en varios trimestres.
Ahorros y salarios evaporados
Es una foto que ya se ha visto hace unos meses. Los empleados de Lehman Brothers muestran estos días su cara más preocupada. Las pantallas luminosas que llenan de imágenes bucólicas la fachada de la sede del banco en la Séptima Avenida de Manhattan han dejado de ser lo más llamativo del edificio. Ahora lo son las ventanas acristaladas en las que de vez en cuando se ve a grupos de empleados hablando entre ellos y con poco entusiasmo. La moral, admitió el jueves Richard Fuld, el consejero delegado, está baja.Si en marzo fueron los empleados de Bear Stearns los que perdieron su empresa, la mitad de ellos el empleo, y la mayor parte de sus ahorros, ahora les toca a los de Lehman pasar un calvario similar. El desplome del 95% del valor de las acciones en lo que va de año ha dejado a muchos de ellos sin una parte sustancial de su salario que consistía en títulos que no siempre pueden venderse antes de determinadas fechas. Los casi 25.000 empleados de Lehman son propietarios del 25% de las acciones desde que la última ampliación diluyó su participación inicial de cerca del 30%. El mismo Fuld, ha visto buena parte de su fortuna desaparecer.Ahora, muchos empleados pulen unos currículum para buscar un nuevo empleo en un mercado cada vez más reducido.