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Operadores

Abertis gana tiempo en la subasta de 18.500 torres de telefonía en Italia

Los operadores de telefonía móvil Wind y H3G han parado la venta de 18.500 torres de telecomunicaciones en Italia. Los vendedores achacan esta decisión a las dificultades para colocar en el mercado activos valorados entre 1.500 y 2.000 millones. La española Abertis, que había manifestado su interés, gana tiempo tras descartar esta inversión en el corto plazo.

El salto cualitativo que ha dado la cesta de activos de Abertis tras sus últimas inversiones en autopistas y aeropuertos (750 millones en el primer semestre de 2008), ha hecho que la firma controlada por La Caixa y ACS se piense dos veces una gran operación en el segmento de las telecomunicaciones. A la espera de que se le otorgue definitivamente la mayor privatización de una autopista en EE UU, la Pennsylvania Turnpike, por 12.801 millones de dólares (9.143 millones de euros), el gestor de infraestructuras había sacado de su orden de prioridades las 18.500 antenas de telefonía móvil que venden desde hace un año los operadores italianos Wind y H3G.

Tal desinterés, que parece haber cundido también entre los rivales de Abertis, habría motivado la congelación del concurso privado. Wind ha reconocido ante un grupo de analistas -en el marco de la presentación de sus resultados semestrales- que pospone la colocación a la espera de mejores condiciones en el mercado. Otras fuentes implicadas en el proceso opinan que se trata de dar tiempo a los interesados para que los activos vuelvan a tener encaje en sus planes estratégicos.

Y es que el contexto no es el mismo que hace meses. Abertis comenzó a estudiar el dossier de venta a principios de 2007. Por entonces vio una oportunidad para crecer en el mercado italiano, donde ha intentado una integración con el operador de autopistas Atlantia. Pero rebajó su entusiasmo el pasado junio, días después de adjudicarse la Pennsylvania Turnpike, una vía de 800 kilómetros y 600 millones de dólares de facturación anual.

A pesar de todo, comunicó a Wind y H3G que había formado un consorcio, junto al fondo Palladio y a BNP, para pujar por los activos -valorados entre los 1.500 y los 2.000 millones-. Realizó la oferta no vinculante para mantenerse viva en el proceso y lo hizo sin ocultar que su foco inversor había virado hacia EE UU.

Sentido industrial

Abertis mantiene que la adquisición de las antenas tiene sentido industrial, pero 'la compañía ha cambiado mucho en un año y las prioridades son otras', comenta un portavoz.

Con el aplazamiento ganan todas las partes. Los vendedores siguen sondeando el mercado (hasta ahora han contado con la ayuda de Morgan Stanley), mientras los potenciales compradores digieren sus últimas ofensivas. En el caso de Abertis, cuando se despejen las incógnitas sobre la autopista de Pensilvania, tomará fuerza la apuesta por Italia.

La empresa permanece atenta al debate que, a mediados de este mes, reabrirá el Gobernador de Pensilvania, Edward Rendell, sobre los cambios legislativos que darán luz verde a la privatización de la carretera. De no obtener la autorización de la Cámara de Representantes, Abertis deberá olvidar el proyecto y sondear otras oportunidades de crecimiento.

La española tiene el 50% del consorcio adjudicatario, por un 41,67% de Citigroup y un 8,33% de Criteria. A la oferta por 12.801 millones de dólares se suman otros 11.334 millones a lo largo de 75 años para mejorar la autopista.

LOS ACTIVOS, EN VENTA

Las 18.500 torres están repartidas por toda Italia. Funcionan prácticamente en exclusiva para sus actuales propietarios, H3G y Wind, que están dispuestos a que el futuro dueño pueda ofrecerlas a otros operadores. Estas antenas prestan cobertura de segunda (GSM) y tercera generación (UMTS) de telefonía móvil. Además, soportan el estándar europeo para la televisión por móvil (DVB-h).

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