El INE señala que el crecimiento fue del 0,3% respecto a los tres primeros meses del ejercicio, debido, en parte, a la caída de la demanda interna entre los consumidores lusos.
El consumo de bienes duraderos (que incluye los automóviles) disminuyó un 6,1% en el segundo trimestre del ejercicio, mientras que entre los no duraderos -alimentos- y servicios se produjo una aumento del 2,1%.
El crecimiento de la economía portuguesa se situó por debajo de los registros de la zona euro, que en el mismo periodo aumentó un 1,4%.
La balanza comercial del país ibérico sufrió un deterioro en el segundo trimestre del año, periodo en el que las exportaciones se incrementaron un 3,3%, frente a la subida del 9,1% de las importaciones.