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Materias primas

El FMI cree que un petróleo a 100 dólares facilitará enfrentarse a la crisis

El nuevo economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, afirmó ayer que si los precios del petróleo retrocedieran hasta el nivel de los 100 dólares por barril, los países podrían hacer frente a la crisis financiera con un coste limitado.

Blanchard, que se unió al FMI esta semana proveniente del Massachusetts Institute of Technology, dijo que las actuales turbulencias del mercado, combinadas con el alza del petróleo y los precios de las materias primas, han vuelto a la crisis financiera global del último año mucho más difícil de hacer frente.

"Lo que hace a la crisis tan compleja es la combinación de los dos impactos", explicó Blanchard en una entrevista con una publicación de internet del FMI. "Considero que tenemos un buen sentido de cómo manejar cada una por separado". "Pero la combinación es más difícil", agregó.

Políticas correctas

El funcionario dijo que las elecciones de las políticas eran complicadas por las tasas de interés más bajas, que contribuirían a combatir la crisis financiera, y los riesgos inflacionarios causados por los altos precios del crudo, que alcanzaron en julio 147 dólares por barril, pero que habían caído por debajo de los 109 dólares por barril.

"Uno puede pensar en muchos escenarios adversos donde la baja actividad empeora la crisis financiera y la política macroeconómica tiene poco espacio para maniobrar", agregó Blanchard. Aun así, indicó, si los precios del crudo se estabilizaran nuevamente en 100 dólares por barril, cederían las presiones inflacionarias.

"Si, por ejemplo, el precio del petróleo volviera hacia los 100 dólares (...) no un escenario enloquecido, dado que somos pocos los que entendemos cómo llegó por encima de los 100 dólares en primer lugar (...) entonces las presiones inflacionarias amainarían rápidamente, y sería más optimista", expresó.

Papel del FMI

Blanchard manifestó asimismo que el FMI juega por lo menos tres papeles: el de dar consejos a los países, o grupos de países, sobre políticas económicas; segundo, facilitar el préstamo a los países en problemas y tercero, ayudar a las autoridades monetarias a coordinar las políticas.

"Los países ricos pueden no necesitarlo demasiado, aunque es con frecuencia útil recordarles de manera cortés los principios de la economía básica", comentó Blanchard. "Pero aun para ellos, la actual crisis muestra las complejidades de los temas y de las políticas optimas", indicó.

El funcionario dijo por último que la credibilidad de la institución dependía de la calidad del consejo económico que brinda a sus países miembros.

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