El declive de las 'stock options'
El estallido de la burbuja de las puntocom primero y el escándalo financiero de empresas como Enron después, fueron los primeros y grandes pasos para el declive de uno de los instrumentos de remuneración de directivos que ha gozado de fama universal. Y casi siempre ligado a escándalos. Hoy las stock options, o acciones sobre acciones, están dejando paso a otros sistemas de remuneración más sofisticados, pero para el bien de los mercados, también más transparentes y menos manipulables.
En 2004, el 63% de las empresas ofrecía opciones sobre acciones a sus directivos. Hoy lo hacen menos del 40%. Las nuevas fórmulas de remuneración, como la entrega de acciones ligadas al rendimiento por parte de las empresas, tienen el saludable objetivo evitar la tentación de calentar artificialmente la cotización bursátil de las sociedades que entran en la fase de ejecutar las opciones. Un riesgo que es necesario evitar a toda costa y en el que cayeron no sólo compañías estadounidenses como Enron o Worldcom, sino también europeas como Parmalat. Unas y otras ensombrecieron los mercados y sembraron muchas dudas entre los inversores.
Los códigos de buen gobierno también se han hecho eco de la necesidad de poner el foco sobre el uso que se da a las opciones sobre acciones, y en muchos casos han optado por delimitar su uso. En España, el Código Unificado recomienda acertadamente que las opciones sobre acciones o las retribuciones variables ligadas al valor de la acción sean transparentes y que se circunscriban a los consejeros ejecutivos, es decir, los que tengan responsabilidades en la gestión.
La entrega directa de acciones ligadas al rendimiento de las empresas, las acciones de concesión restringida -se entregan en efectivo o en acciones tras un tiempo previamente establecido- o los bonus en efectivo han comenzado a ser populares entre las empresas y a ganar por goleada a las stock options. El mercado gana en transparencia y los directivos también, pues fiscalmente resultan más rentables.