Una aerolínea en pleno proceso de reestructuración
Spanair despedirá a más de 1.200 personas tras años en pérdidas
Ninguna de las noticias que rodeaban a Spanair últimamente era demasiado positiva. Pero el accidente que se produjo ayer en Barajas, con más de 150 muertos y una veintena de heridos, ha sido lo inesperado que más daño ha hecho. La compañía -perteneciente al grupo escandinavo SAS- lleva, sin embargo, más de un año inmersa en diferentes procesos que han hecho que Spanair pueda calificar este ejercicio como el peor de su historia.
El pasado junio, tras doce meses de conversaciones con distintas empresas, SAS reconocía su fracaso en el intento de vender Spanair y accedía a quedarse con la deficitaria aerolínea. El grupo escandinavo aducía que no le habían satisfecho ninguna de las ofertas recibidas (Iberia, Gadair, Longstock y el grupo Marsans, antiguo propietario de la compañía). Pero los problemas económicos de la segunda línea aérea de España venían de lejos. Aproximadamente desde que Gerardo Díaz y Gonzalo Pascual, dueños del grupo turístico Marsans, decidieran vender a SAS el 94,9% del capital de la compañía y se quedaran con el 5,1% y los puestos directivos de la misma.
Tras años en números rojos y problemas con las cuentas de la compañía -SAS tuvo que reformular sus cuentas de 2005 tras descubrir errores contables en Spanair- el grupo escandinavo decidió, en junio de 2007, poner en venta su participación en Spanair por considerarla un activo no estratégico. Marsans creyó que la aerolínea con base en Palma de Mallorca ya era suya otra vez, pero entraron más actores a escena. Una oferta de Iberia y otra de Gadair, seis meses después, propició la ruptura en las negociaciones entre SAS y Gonzalo Pascual. Semanas más tarde todos los interesados retiraban su oferta: la puja estaba desierta y se vislumbraban cambios internos.
Ayer estaba previsto un encuentro en la empresa para abordar el plan de viabilidad
Spanair ha tenido colgado 12 meses el cartel de 'se vende'
La compañía fundada en 1986 daba a conocer, en julio de este año -tan sólo un mes después de quedarse sin pretendientes-, una profunda reorganización de la filial española, que perdió 61,2 millones entre enero y junio de 2008. El plan contempla una reducción de la plantilla en cerca de 1.200 personas y dejar en tierra 15 aviones, entre ellos se encontraba el aparato siniestrado.
Ayer mismo la dirección de Spanair tenía su segunda reunión con los representantes de los sindicatos para abordar las discrepancias de los diversos grupos con Spanair, principalmente porque no aceptan las condiciones del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que propone la empresa. Obviamente la reunión no se produjo. Un encuentro en el que, según la propia aerolínea, informarían de que la Dirección General de Trabajo -a la que entregaron el ERE la pasada semana- ha solicitado documentación en torno a las cuentas disgregadas de la empresa e información adicional al respecto, por lo que el periodo de negociación deberá retrasarse hasta que la aerolínea no aporte esta documentación. Horas antes al incidente, el sindicato Sepla-Spanair criticó que los 'problemas de dimensionamiento de la plantilla provocan presiones de la dirección para que tripulantes y personal de mantenimiento transgredan las normas, incluyendo vulneración de límites de actividad, violación del régimen de días libres, de los convenios y de la legislación vigente', según Europa Press. La compañía, con más de veinte años de antigüedad, no ha vivido en toda su andadura un incidente como el de ayer. Fuentes cercanas a los trabajadores no pudieron más que dar el pésame a los familiares de los fallecidos y añadieron que no es momento de elucubrar sobre los motivos del accidente.
Reacción del mercado
El mercado reaccionó ayer ante la noticia del accidente. El grupo SAS cayó en la Bolsa de Estocolmo un 6,87%. Mientras otras aerolíneas europeas lo hacían en menor medida. Air France bajó el valor de sus acciones un 1,95% y Lufthansa un 0,86%. Las españolas, por su parte, repuntaron mínimamente. Iberia subió su valor un 1,03% y Vueling, un 0,8%. El valor del grupo escandinavo en Bolsa ha caído un 43,6% desde enero.