Los últimos datos hacen temer la recesión en Japón y Reino Unido
La economía japonesa se contrajo un 2,4% anual en el segundo trimestre de 2008, lo que supone un brusco frenazo a su actividad, según informó ayer el Gobierno japonés. Se trata de la desaceleración más fuerte en siete años y alimenta el miedo a que la economía del país del sol naciente entre en recesión.
Los analistas habían previsto una caída de la actividad del 2,3%, por lo que el dato no hizo sino confirmar los peores augurios. Entre enero y marzo la segunda mayor economía del mundo aumentó un 3,3% en términos interanuales y un 0,8% respecto al trimestre anterior.
La merma de las exportaciones japonesas, influida por la crisis mundial y la debilidad de EE UU, unida al encarecimiento del yen, la inflación y el desplome del consumo, son algunas de las causas que explican este deterioro del PIB. Otro de los factores que también está siendo determinante es el declive del sector inmobiliario.
Mientras tanto, en Reino Unido, el Banco de Inglaterra alertó ayer de la posibilidad de que el IPC supere el 5% a finales de año. La evolución de la inflación en los próximos meses dependerá, en buena medida, del incremento que se produzca en las facturas de gas y electricidad. Además, el endurecimiento de las condiciones crediticias, la fuerte caída protagonizada por el mercado inmobiliario y el deterioro del mercado laboral han mermado de forma muy significativa la actividad, hasta el punto que los expertos no descartan que los próximos datos de crecimiento sean negativos.
En este sentido, el número de solicitudes de subsidio de desempleo creció en julio hasta niveles inéditos desde la recesión de los años 90. En el mes aumentaron en 20.100 demandantes, que elevaron el total a 864.700 parados. La tasa de paro alcanza ya al 5,4% de la población activa británica.