Los secretos de 'Wall·E', el robot solitario de Pixar
Un robot programado para limpiar la Tierra y olvidado por los humanos, que se marcharon a una nave-crucero espacial, ve su rutinaria vida alterada con la llegada de Eva, un moderno robot en misión secreta. Wall·E se estrena el miércoles en España y es la última producción de Pixar, en la que han participado tres animadores españoles, Carlos Baena, Wnrique Vila y Rodrigo Blaas.
Los tres han trabajado en anteriores clásicos de la compañía, desgajada de Disney, como Buscando a Nemo y Ratatouille, y destacan el ambiente de trabajo. El proceso de creación en Pixar es muy poco jerárquico, 'está muy abierto a comentarios', según Blaas. 'Tenemos un contacto directo con el director unas tres o cuatro veces por semana. æpermil;l enseña el plan y todos hacen comentarios constructivos'.
En cada proyecto empiezan algunas decenas de profesionales como ellos y terminan siendo hasta 300, en tareas como el diseño y la iluminación. Vila se encargó de los efectos relacionados con fenómenos naturales, mientras que Baena y Blass eran responsables de crear el lenguaje corporal de los personajes a partir de un modelo en 3D.
Aunque Pixar procura hacer argumentos interesantes para los adultos y no sólo para los niños, la nueva película va más allá, y supone un reto para el espectador. Empieza con 45 minutos casi sin diálogos. Los robots se comunican con sonidos, al estilo R2-D2. 'No veíamos esta opción como un riesgo', ha señalado Vila. 'Es importante salir de la zona de confort en que se encuentran las animaciones y que la gente salga recompensada por ver algo distinto a los que estamos acostumbrados'.
En un futuro no muy lejano, Wall·E se ocupa de compactar la basura dejada por los humanos en la Tierra. Tras 700 años de soledad, con la única compañía de una cucaracha, su vida cambia por fin. 'Teníamos que buscar humanidad en los robots', contó Blass, 'pero sin olvidar que son máquinas', completó Vila. La Guerra de las Galaxias, las películas de Chaplin y los documentales de la NASA les sirvieron de inspiración. Es la primera vez que Pixar se adentra en la ciencia ficción.
Animadores españoles en San Francisco
San Francisco es la meca de la animación, al menos los tres especialistas españoles viven allí. Carlos Baena empezó trabajando en industrial Light & Magic, la factoría de George Lucas, en películas como el Episodio 2 de La Guerra de Las Galaxias y Parque Jurásico III. Entró en Pixar en 2002. En Wall·E ha trabajado en los dos primeros planos del robot, entre otras escenas.Su colega Enrique Vila no lo hizo hasta hace dos años, y antes trabajó en diferentes estudios, haciendo efectos en películas de acción real, como Matrix. En el nuevo filme ha diseñado las tormentas de arena o el humo de los cohetes espaciales.Más veterano es Blaas, que como Baena se incorporó a Pixar hace seis años. Coloboró en la película Ice Age de Blue Sky Studios, y en Wall·E ha participado en la secuencia final.