¿Quiere pasar las vacaciones en una prisión de cinco estrellas?
EE UU planea construir un hotel en la isla de Alcatraz aprovechando el edificio de la cárcel
Donde ayer durmieron asesinos, violadores, traficantes y ladrones mañana pasarán la noche turistas acomodados. No es una profecía sombría, sino una constatación: el National Park Service del Ministerio del Interior de EE UU, que gestiona la isla de Alcatraz, sede de la famosa prisión, está planteándose edificar un hotel en el lugar del que antes todos querían escapar. Alrededor de 1,5 millones de personas visitan cada año la antigua casa de Al Capone, hoy la segunda atracción turística de San Francisco. La iniciativa no es tan innovadora: en el mundo existen al menos una decena de hoteles edificados en lo que antes fue una prisión.
'La gente está constantemente diciéndonos que quiere ver más de la isla, y un hotel proporcionaría una experiencia definitiva a los visitantes', declara Rich Weideman, portavoz del National Park Service, según informa Reuters. El hotel forma parte de las propuestas que el organismo estatal sopesa para el nuevo plan de gestión de la isla, y se construiría aprovechando la estructura que albergaba a los guardias. La iniciativa proporcionaría acceso a la Roca las 24 horas del día y permitiría sacar provecho de los tours nocturnos por la isla, para los que existe una enorme demanda, pues de noche la niebla envuelve toda la zona. 'Es una experiencia espeluznante', sostiene Weideman.
Este tipo de turismo oscuro ya puede vivirse en hoteles como el Malmaison Oxford, en Gran Bretaña, de tres estrellas, construido en el Castillo de Oxford, que fue cárcel desde la época victoriana hasta 1996. La empresa hotelera no ha pretendido olvidar el oscuro pasado del edificio y ha reconvertido las celdas en habitaciones, combinando la decoración moderna con los elementos históricos. 'Si te sientes malvado', reza su publicidad, 'puedes encerrarte en una de las celdas originales'. El Hotel Liberty de Boston (cuatro estrellas), edificado en la antigua cárcel de la calle Charles, ofrece la posibilidad de alojarse en el mismo lugar que huéspedes como Malcolm X o Sacco y Vanzetti. Y de cinco estrellas es el Four Seasons de Estambul, construido sobre la cárcel de Sultanahmet. Nada indica en sus habitaciones, a un precio mínimo de 400 euros, que aquel fue el siniestro lugar donde estuvo encerrado el estadounidense Billy Hayes, célebre porque su historia fue llevada al cine en El Expreso de Medianoche.
'Los tiempos cambian y hoy dormir en una celda es una experiencia cautivadora', asegura la web de uno de estos establecimientos
Otros edificios se conservan sin apenas modificaciones y ofrecen experiencias más incómodas. La Naval Port Prison, una prisión militar de Letonia utilizada por la KGB en la época de la URSS, permite pasar la noche en una oscura sala durmiendo en una cama de hierro. También organiza un show nocturno donde el visitante juega el rol de prisionero. La prisión de Mount Gambier, en el sur de Australia, es hoy un albergue cuyas austeras habitaciones son iguales a las antiguas celdas. Más edificios de este tipo son la cárcel de Lucerna, reconvertida en hotel en 1998 -es una de las iniciativas más antiguas- o el hotel Långholmen, de Estocolmo, que antes albergó la Crown Prison. Su publicidad resume la idea de estos proyectos: 'Los tiempos cambian y hoy dormir en una celda es una experiencia cautivadora'. Eso sí, 'les prometemos darles su propia llave', concluye.