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Columna
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Credit Suisse, lento pero seguro

La actitud lenta y segura de Credit Suisse puede todavía ganar la carrera. Parece estarle funcionando hasta ahora al banco suizo. Mientras la mayoría de los jefes de la banca vieron de forma optimista pocos meses atrás el final de las turbulencias, el consejero delegado de Credit Suisse, Brady Dougan, advirtió de más problemas en el futuro. Parece haberlo planificado consecuentemente.

El beneficio del segundo trimestre cayó un 62% respecto a hace un año, pero fue mucho menos de lo que los analistas habían previsto y dio la vuelta a las pérdidas del primer trimestre. El banco privado también atrajo cerca del doble de nuevos fondos de lo previsto, aparentemente tomando ventaja de la implacable lucha con su archirrival UBS. Aunque su balance permaneció en el mismo nivel, Credit Suisse ha continuado librándose de activos de riesgo.

La cautela de Credit Suisse en los últimos tiempos también ha servido lo suyo. El banco de inversión redujo el valor de sus productos estructurados por 22 millones de francos suizos en este trimestre gracias al históricamente agresivo recorte y a las más conservadoras provisiones en los periodos anteriores de lo que muchos bancos destinaron. De hecho, Credit Suisse reseñó el valor de sus obligaciones de deuda con colateral por 508 millones de francos suizos.

Dougan está siguiendo una visión cautelosa del futuro también. Espera que los mercados sigan siendo exigentes durante un tiempo, y planea gestionar el negocio de forma conservadora. El banco privado está ganando cuota de mercado, y los ingresos generados por las ventas cruzadas a través del banco de inversión se están manteniendo.

A pesar de todas las cautelas de Dougan, los reguladores podrían pedir incluso más. La presión contra el secreto bancario de la entidad suiza está creciendo. Mientras que la atención de las autoridades de EE UU se está centrando sobre todo en UBS, los efectos más amplios de cualquier cambio de la política podrían afectar a Credit Suisse también. Y más importante, los reguladores suizos están haciendo ruido sobre la necesidad de requisitos de capital más estrictos. Si el Swiss Nacional Bank tiene su vía en el apalancamiento, Credit Suisse puede todavía verse forzado a conseguir más cautelas en un área que parece cada vez más ambiciosa: la rentabilidad del 20% sobre recursos propios.

Por Jeffrey Goldfarb

Continental busca novia

¿Cuál será el próximo paso de Continental? El fabricante de neumáticos alemán está luchando contra la opa hostil del familiar Grupo Schaeffler. El problema no es sólo que Shaeffler esté siendo tacaño, sino que un grupo de banqueros anónimos alemanes retiene el 28% de las acciones de Continental como cobertura de derivados que Schaeffler compró a escondidas.Esas acciones están fuera de juego de momento. Pero cuando Schaeffler decida deshacer sus posiciones de derivados, eso cambiará. Los bancos querrán librarse de sus coberturas, y se las ofrecerán casi seguro a Schaeffler. No parecen querer las acciones de Continental durante mucho tiempo, y la oferta a la baja de Schaeffler les da un precio de venta fijo.Esto obliga a Conti a apresurarse en la búsqueda de una oferta rival. Si no puede conseguir una oferta, o bien por toda la compañía o por parte, los bancos parecen dispuestos a aceptar la alternativa. Si los bancos no mordieran, indicaría que los cambios no se pagarían en líquido, como pedía Schaeffler. Podría meterse en problemas con el regulador.Continental ha tenido acercamientos, dicen. Pero, ¿de quién? Los fabricantes de coches no están en forma, como demostró Daimler con su alerta de la caída de beneficios el jueves. Además, a los clientes de Conti quizás no les gustara ver a uno de sus rivales hacerse con parte del fabricante. Los grupos electrónicos rivales, como Bosch, podrían afrontar problemas antimonopolio.Una mejor opción sería un amigo multimillonario. Todavía queda un montón de riqueza privada por ahí, particularmente de magnates de los mercados emergentes. Oleg Deripaska, el barón del metal ruso, ya ha invertido en acciones de automóviles. El magnate del acero Alexei Mordashov tiene una participación de Tui, la agencia de viajes alemana.Está hasta Lakshmi Mittal, el magnate del acero indio que se ha asegurado un puesto en el establishment europeo mediante su opa sobre Arcelor. Su imperio vende el 15% de su producción a la industria del automóvil. Y se sienta en el consejo de Goldman Sachs, asesor de Conti. Un pretendiente mittal-ico podría transformar la opa infernal en un matrimonio celestial.Por John Foley

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