La filantropía educativa crece entre los ex alumnos españoles
Esade, una de las escuelas de negocios más prestigiosas de España y con una gran relevancia internacional, recibió este mismo año su mayor donación privada. Un antiguo alumno y empresario -que prefiere mantenerse en el anonimato- entregó a la institución un millón y medio de euros. 'Aquí lo celebramos con cava, aunque en Estados Unidos están acostumbrados a este volumen de donaciones', declara Mónica Ríos, directora de desarrollo corporativo de Esade.
Las cifras que se manejan en Europa no se asoman a las de algunas universidades y escuelas americanas, donde la cultura de la filantropía educativa está mucho más arraigada. Aunque España se encuentra aún lejos de tener una universidad como Harvard dentro de sus fronteras, cuyo fondo de donaciones rinde anualmente 2.800 millones de dólares, los expertos aseguran que poco a poco se va creando una cultura y unos vínculos con los antiguos alumnos cada vez más fuertes.
De los 60 millones de euros de ingresos que Esade obtuvo en el pasado ejercicio, un 3,4% procede de las donaciones realizadas por empresas y personas de manera individual. 'Una cifra relativamente baja si miramos a América, en aquellas escuelas el porcentaje ronda el 20%', comenta Mónica Ríos.
Un ex alumno de Esade donó este año un millón y medio de euros a la institución
En España es más común la colaboración por parte de las empresas que a título individual, aunque en numerosas ocasiones al frente de esas compañías se encuentran aquellos que pasaron por las aulas de esos centros de formación. Entre los modelos de donaciones, destaca el de los endowments o fondos dotales, típicos de EE UU, que reinvierte sólo lo que se obtiene de sus rendimientos anuales. Una inversión a largo plazo, pero con una mayor seguridad y que comienza a implantarse en las escuelas españolas.
En el IESE aseguran que desde que nació la institución, ésta trata de crear vínculos duraderos con las promociones que pasan por la escuela. Ya en 1959, un año después de su fundación, nace la agrupación de miembros del IESE. Hoy, su asociación de antiguos alumnos cuenta con 31.000 miembros de 95 países diferentes. 'Es un vínculo muy fuerte, la escuela se compromete a apoyar al alumno con formación continua y éstos se vuelcan con nosotros y nos apoyan económicamente, también a través de las empresas', comenta Ana Minguella, directora adjunta de antiguos alumnos del IESE. 'No es sólo una aportación económica, es un cordón umbilical que no se rompe nunca', añade.
De los 36 millones de euros que costó la construcción del nuevo campus que esta escuela inauguró en Barcelona el pasado año, 24,5 millones provenían de las donaciones realizadas por las empresas patrono, que colaboran de forma permanente con la institución, y sus antiguos alumnos.
Las escuelas se esfuerzan cada vez más por crear una cultura de colaboración con sus alumnos, charlan con ellos al final de su promoción, se acercan a sus empresas con interesantes proyectos de educación que financiar, unas tienen cuotas, otras siempre recogen una cantidad puntual de dinero según cada caso... Hay muchas formas de participar y tratan de adaptarse a las circunstancias de todos lo que desean aportar su ayuda.
Los responsables de las escuelas aseguran que gran parte de los fondos recaudados se invierten en investigación, cuyo coste es muy elevado. Las becas y las infraestructuras son otros de los destinos más habituales. 'No queremos que una persona que realmente esté cualificada deje de venir a estudiar aquí por motivos económicos. Nuestro presupuesto de becas para el curso 2007/2008 fue de casi cinco millones de euros', declara Gonzalo Garland, director de relaciones externas de IE Business School.
Desde esta escuela, que cuenta con una fundación en Madrid desde 1997 y ahora con otra en Nueva York, señalan que ven aumentar a sus donantes año a año. En cuanto a la comparación y a las diferencias con su competencia en Estados Unidos, Garland obtiene una visión positiva.
Aunque reconoce que las espectaculares cantidades de dinero que se mueven en algunas escuelas de negocios estadounidenses aportan una tranquilidad económica muy importante a los centros, Gonzalo Garland asegura que 'en Europa, los que vivimos año a año debemos ser más innovadores. Es una tensión sana la que existe aquí'.
ocho ceros
Un uno seguido de ocho ceros. Nada más y nada menos que de 100 millones de dólares fue la aportación realizada el pasado abril por el banquero estadounidense David Rockefeller a la universidad de Harvard, de la que este filántropo millonario fue alumno. Se trata de la mayor cantidad donada por un ex alumno de este histórico centro de formación. Según datos de The Chronicle of Philanthropy, publicación especializada en filantropía, en 2007 los mayores beneficiarios de donaciones en EE UU fueron 3 universidades, Stanford (911 millones de dólares), Harvard (595 millones) y Yale (433 millones). Estas entidades cuentan con reservas de más de 20.000 millones de dólares, fruto de donaciones de sus ex alumnos.