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Columna
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Petróleo y dinero en China

Los mercados se ajustan solos. Esta regla económica fundamental ayuda a explicar los probables efectos de la decisión del Gobierno chino de subir un 18% el precio del petróleo, a 92 dólares el barril de West Texas. Una subvención menor conduciría a una inflación más elevada.

El Gobierno de China, como la mayoría de los países desarrollados, mantiene el precio del petróleo para los consumidores a un nivel bajo. El precio por debajo del mercado empuja la demanda hacia arriba más rápidamente que en un mercado no intervenido. En el caso de China, las subvenciones a las petroleras que tienen que comprar al precio del mercado han sido inadecuadas, por lo que el suministro también ha sido restringido.

La decisión de reducir las subvenciones al petróleo debería reducir estas dos distorsiones, ralentizando con el tiempo el crecimiento de la demanda e incrementando el suministro. También ahorrará al Gobierno algo del 2% de su PIB que Morgan Stanley estima que gastará en subvenciones, y ayudará a que el crecimiento futuro sea más eficiente.

Cuando el mercado doméstico del petróleo esté ajustado a mayor nivel, el equilibrio entre suministro y demanda en los mercados para bienes y mano de obra se modificará. Estos también se ajustarán a unos precios más elevados, a no ser que el dinero y el crédito se restrinjan con fuerza. Pero no es éste el caso de China, donde los tipos de interés reales son bajos y el exceso de transacciones produce más efectivo que el que el Gobierno puede limpiar.

Mientras precios y salarios de la economía china no se ajusten a niveles superiores al reciente aumento global en los precios del petróleo, la inflación subirá. La presión de los precios se verá exportada, ya que China es el taller del mundo y sus competidores low cost están pagando el mismo alto precio por el petróleo.

El resquicio de esperanza a la nube inflacionista es el efecto restrictivo que los elevados precios para el consumidor deberían producir sobre la demanda de petróleo, y quizá sobre los efervescentes precios del crudo. Pero incluso si los precios del petróleo caen el 30% necesario para conseguir bajar hasta el nivel de los nuevos precios domésticos chinos, el efecto inflacionista global de reajuste del mercado petrolífero persistirá.

Por Edward Hadas

El sufrimiento de UBS

Los voceros del banco suizo UBS tienen que explicar ya por qué la teóricamente conservadora institución acabó como una gran perdedora en la crisis de las subprime. Ahora tienen que ocuparse de las revelaciones de Birkenfeld. Bradley Birkenfeld, que trabajó para UBS desde 2001 a 2005, firmó una declaración jurada como parte de un alegato de culpabilidad en un caso del Gobierno estadounidense sobre evasión de impuestos. La declaración muestra a un banquero completamente dispuesto a ayudar a un cliente que se mantiene opaco a la Hacienda pública.Birkenfeld asegura que él, con otros banqueros y gestores de UBS, aconsejó a clientes en EE UU para ocultar dinero en cajas seguras de bancos en el extranjero y para destruir relaciones de cuentas bancarias en el exterior. Una vez, incluso, Birkenfeld pasó de contrabando diamantes de un cliente en EE UU introduciéndolos en un tubo de pasta de dientes.En su declaración dice que UBS tuvo 20.000 millones de dólares en activos no declarados para su gestión en EE UU. Eran fondos que deberían haber sido declarados y gravados en EE UU pero cuyos clientes se negaban a tributar. Un antiguo patrón de Birkenfeld, Barclays, puso fin a su relación con clientes que no quisieron declarar. Parece que UBS fue menos escrupuloso.UBS dice que está cooperando, pero tiene aún que desmentir las alegaciones o etiquetar a Birkenfeld como un granuja. Los fiscales podrían presionar a UBS para que divulgue los nombres de sus clientes americanos.UBS esperó hasta el año pasado para cerrar la pequeña unidad de Birkenfeld que, radicada en Suiza, servía a los clientes estadounidenses. Esto fue después de que las autoridades de EE UU hubieran empezado sus investigaciones, y siete años después de que fichara a un cualificado intermediario. Algunos de los empleados de la división aún trabajan en el banco.Las revelaciones de Birkenfeld vienen en un mal momento para UBS. Los clientes han retirado 39.000 millones de dólares en activos de la división de banca privada en el segundo trimestre, según JPMorgan. El banco de inversión puede que tampoco haya terminado sus milmillonarias amortizaciones. No es sólo el equipo de relaciones públicas quien está teniendo problemas. Los accionistas tienen muchas cosas por las que estar preocupados.Por Jeffrey Goldfarb y Edward Hadas

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