Alguien pagará por la subida de precios
La última etapa de crecimiento de la economía del mundo ha demostrado que la abundancia de liquidez no tiene por qué generar grandes dosis de inflación, al contrario de lo que preconiza la doctrina monetarista. En su última nota a los inversores, Stewart Cowley, gestor del Mellon Global Bond Fund, afirma que el monetarismo ha sido uno de los mayores fracasos intelectuales de finales del siglo XX.
'La teoría argumenta que a altos niveles de oferta de dinero le siguen altos ratios de inflación. Sin embargo, en la última década hemos visto un crecimiento enorme de la oferta monetaria, pero la inflación nunca ha superado la horquilla del 3% o el 4% en la mayoría de las economías', explica.
A día de hoy la inflación sí se ha convertido en un problema, pero ha sido principalmente debido a factores exógenos a muchas economías, es decir, a la subida desorbitada de las materias primas.
Dice Cowley que lo que hemos heredado de la última década de liquidez a espuertas e inflación controlada es una bolsa de consumidores endeudados, que son extremadamente sensibles a los movimientos de los tipos, por pequeños que sean. 'Los bancos centrales simplemente no pueden subir con rapidez los tipos de interés, si no quieren mandar a la bancarrota a sus principales clientes y hacer de los acontecimientos desde el pasado mes de julio simplemente el entremés del acto principal'.
Y esta situación provoca que los consumidores deban asumir el alza de los precios, porque tampoco la fuerza de los trabajadores es la misma que hace unos años; aquélla capaz de trasladar a los salarios la subida del IPC. Así que con menos dinero en el bolsillo, o el mismo dinero para pagar productos más caros, la única solución que le queda al individuo es retraer el consumo. 'Alguien tiene que pagar por la subida de los costes y, por el momento, van a ser las empresas', señala Cowley, que advierte del impacto sobre el empleo. 'Las cosas pueden ponerse peor antes de mejorar', afirma. mrodriguez@cincodias.es