Tambores de ruptura en Endesa
El acuerdo de Enel y Acciona no permite la ruptura anticipada. Las discrepancias se resolverán en los tribunales ordinarios de Madrid.
Los abogados de Enel y Acciona han sacado del cajón (si es que alguna vez lo guardaron) el pacto parasocial que ambas empresas firmaron el 26 de marzo de 2007 para la toma de control y posterior gestión compartida de Endesa. El acuerdo favorecía al socio minoritario (Acciona, con un 25%) frente al mayoritario (Enel, con un 67%), tanto en lo relativo a la gestión, como a la resolución del mismo en caso de desavenencias, a partir de 2010.
Acontecimientos recientes han puesto al descubierto lo que, en privado, era un secreto a voces: los serios problemas de convivencia de los accionistas de Endesa, cuyo detonante fue el nombramiento hace una semana de tres directivos de la órbita de Acciona a los que Enel se opuso. El grupo italiano, que hasta ahora había minimizado las disensiones internas ante la opinión pública, las destapó por primera vez. 'Los cambios suponen una toma de poder unilateral por parte de Acciona', aseguró ese día Enel. Más tarde, su consejero delegado, Fulvio Conti, señaló que el fichaje de directivos debe hacerse en el mercado 'entre los profesionales más cualificados' y siempre por consenso.
Ante lo que algunos interpretan como una provocación del presidente de Acciona y Endesa, José Manuel Entrecanales, para forzar una ruptura antes del fin del trienio que establece el convenio, y frente a un posible contraataque por parte de la compañía italiana, los abogados están revisando unas estipulaciones que, a primera vista, no permiten deshacer el acuerdo, aunque sí dan pie a algún recurso ante los tribunales ordinarios, según fuentes jurídicas.
Un pacto a medias
El matrimonio es tan reciente que una parte del pacto aún no se ha ejecutado. Así, éste prevé la constitución de una holding (Newco) que tendrá el 50,02% de Endesa y a la que los socios aportarán, respectivamente, un 25% de sus acciones en la eléctrica (Acciona, una más, para tener el control). Pero esta sociedad, en la que los italianos tendrán mayor poder de decisión, pues en ella los acuerdos sobre materias reservadas deben adoptarse por dos tercios y la presidencia no será ejecutiva, aún no se ha creado. El acuerdo establece su constitución en dos fases: la primera 'inmediatamente' después del fin de la opa, que se liquidó en septiembre, con la aportación de una pequeña parte de las acciones y, la segunda, hasta 2010. Tampoco los socios han reformado los estatutos de Endesa, tal como indica el acuerdo.
Otro cuestión pendiente, y a cuya negociación achacan algunos las presiones de Entrecanales, es el trasvase de los activos renovables de Endesa a Acciona Energía, de tal modo que el valor de lo aportado permita a la constructora controlar un 51% de la sociedad y, a Endesa, el 49%. Se trata de crear una sociedad con producción de régimen especial que alcance 12.000 MW de potencia en 2009.
Acciona Energía cuenta con 3.200 MW de este tipo de tecnología y la eléctrica, 2.600 MW, según sus datos. Si la valoración fuese favorable a Endesa, por estar sus activos más amortizados, ésta aportará deuda para que la constructora alcance la mayoría.
En una reciente conferencia ante analistas para presentar sus resultados, Endesa avanzó que en junio se cerrará este acuerdo. Al menos, la ecuación de canje en la que han trabajado los respectivos bancos de inversión. Un asunto controvertido es que las decisiones relativas a este trasvase 'se adoptarán exclusivamente con la participación de los consejeros designados por Enel, dada la situación de conflicto de intereses de los miembros de Acciona', según el texto del acuerdo. Este punto ha sido motivo de fricciones, ya que, señalan fuentes próximas a Endesa, la constructora considera que también Enel entra en conflicto por compartir con Unión Fenosa una compañía de renovables, Eufer.
Divorcio imposible
Si algo tienen claro los abogados consultados es la imposibilidad de que alguna de las partes pueda adelantar el fin de la convivencia obligatoria de tres años que fija el convenio, salvo que se haga de mutuo acuerdo. El texto es contundente en este sentido y sólo permite la separación de los socios 'entre el tercer y décimo año' de su firma, en caso de desacuerdos que conduzcan a 'una situación de bloqueo'.
Acciona gozará a partir de esa fecha de una opción de venta a Enel (o a un tercero que ésta designe) de su 25% en Endesa a un precio que será el mayor que resulte de estos dos cálculos: el valor de mercado tasado por bancos de inversión según lo indicado en el acuerdo (nunca inferior al de la opa, 40,16 euros por acción) o el precio de la oferta actualizado con el euríbor a tres meses, más 85 puntos básicos sobre la deuda por la compra de acciones, restándole el dividendo cobrado. Existe otra opción radical que es la escisión y el reparto de Endesa.
Aunque Acciona manifiesta tener 'voluntad de permanencia' en la eléctrica, la ruptura anticipada de su alianza (ya sea vendiendo su participación o recibiendo activos) le resultaría muy beneficiosa: como mínimo recibiría 40,16 euros por unos títulos que ayer cotizaron a 31,48 euros.
Con un endeudamiento de 57.000 millones, en buena parte provocado por la compra de Endesa, Enel no parece dispuesta a asumir ningún coste adicional al acordado, pero tampoco a que Acciona gestione unilateralmente Endesa. Y es que, pese al poder que el pacto otorga a la constructora española, 'el espíritu del mismo es el del consenso', según un jurista.
También, añade esta fuente, la letra deja claro que la gestión debe ser compartida y que hay que aprovechar al máximo las sinergias de los socios. Existen una serie de materias reservadas (como la política de dividendo, las modificaciones en el capital, inversiones y desinversiones, planes industriales o endeudamiento) que deben aprobarse por mayoría del consejo. Y, aunque el presidente goza de un voto dirimente o de calidad, 'sólo debe utilizarlo en situaciones excepcionales'. Las partes, según lo acordado, 'deben actuar, además, de buena fe'.
Según el acuerdo, que no admite la posibilidad de un arbitraje, las discrepancias se resolverán ante la jurisdicción ordinaria de Madrid.