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Columna
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France Télécom regresa al futuro

France Télécom (FT) parece haber vuelto de nuevo a la construcción del imperio. El grupo de telecomunicaciones francés había contenido su apetito por las compras desde que sufrió una severa indigestión por atiborrarse de acuerdos durante los años de la burbuja. Pero los planes de fusión de FT con TeliaSonera, su par sueco-finlandés, parece demostrar que no ha perdido sus ambiciones por pactos internacionales. Esto parece una mala noticia para los inversores minoritarios.

El acuerdo puede aliviar la picazón de FT por mantener el contacto con los García y los Schmidt. La española Telefónica aplazó en su agenda el año pasado la consolidación de las telecomunicaciones europeas para tomar el control compartido de Telecom Italia. La alemana Deutsche Telecom está negociando una participación de control en la griega OTE. Mientras los términos exactos del plan de FT para TeliaSonera no están claros, la nula prima de fusión que se adivina entregaría al francés el 70% de un grupo valorado en 120.000 millones de euros, incluida la deuda. Se convertiría en el segundo mayor grupo de telecomunicaciones europeo, por detrás de Telefónica.

Esto puede hacer también un favor a los accionistas públicos de los dos grupos. Estocolmo ha dicho que quiere deshacerse de su participación del 37% en TeliaSonera. Y París, que posee un 27% de FT, se rumorea que quiere vender. Tener fondos soberanos involucrados puede proporcionar una vía a los Gobiernos de cobrar por sus participaciones sin dejarlo en manos de potenciales depredadores, como los grupos de capital riesgo, que no han dejado escapar la ocasión de la danesa TDC. FT-TeliaSonera parece bastante más grande para defenderse por sí sola.

No parece que apretujar los grupos proporcione un rico flujo de sinergias. En España, donde los grupos tienen rivales en telefonía móvil, TeliaSonera es sólo un pequeño operador.

Además, la actividad de TeliaSonera en el este de Europa y en Turquía no parece la mejor respuesta a la búsqueda de FT de activos en mercados emergentes. TeliaSonera está empantanada en largas disputas legales con sus socios turcos de Turkcell y con la rusa Megafon, que representan alrededor del 36% del valor empresarial de TeliaSonera, según Goldman Sachs. A pesar de que el acuerdo propuesto no parece que tenga un valor tan dilutivo como el de algunas de las adquisiciones anteriores de FT; en realidad, esto no es decir mucho.

Por Mike Verdin

Resultados de JPMorgan

A estas alturas, todo el mundo está acostumbrado a las pérdidas millonarias en las presentaciones de los resultados trimestrales de la banca. Hay suerte si los ingresos para el periodo arañan los números negros. Un ejecutivo o dos deberán ser sacrificados para aplacar a los accionistas y el máximo responsable tendrá que buscar como un mendigo ampliaciones de capital, si no lo ha tenido que hacer ya. Pero no es el caso de Jamie Dimon, el presidente de JPMorgan.Los resultados del primer trimestre apenas fueron suficientes, de hecho, han sido los peores desde que explotó la crisis del crédito. La división de banca minorista provisionó 2.5000 millones de dólares a reservas por créditos fallidos, de los que casi la mitad son para compensar préstamos hipotecarios. Mientras tanto, la división de banca de inversión provisionó otros 2.500 millones de dólares relacionados con préstamos apalancados o garantizados -incluidas hipotecas normales- y el beneficio neto por acción cayó casi dos quintas partes sobre el mismo periodo de 2007.Ambas divisiones tuvieron pérdidas, pero otras, como tarjetas de créditos, fondos de inversión y custodia de valores, dieron beneficios. Añadidos los 1.000 millones obtenidos en la OPV de Visa, el banco consiguió unos beneficios de 2.400 millones de dólares. Más que suficiente para que JPMorgan mantenga lo que Dimon gusta llamar su sólido balance. Y a diferencia de sus rivales, el banco tiene crecimientos, incluyendo un 20% anual en créditos hipotecarios.La habilidad de Dimon para sobrevivir agrada a los accionistas -el valor subió de un 5% después del anuncio de los resultados. Y se mantiene inflexible en la idea de que el banco tiene suficiente margen de maniobra para sacar a otras entidades financieras del lodo tras Bear Stearns. Solamente un selecto grupo de bancos estadounidenses como US Bancorp y Wells Fargo, cumplen las características necesarias para intervenir como salvadores -incluyendo suficiente capital y reputación-. Los preocupados reguladores deben sentirse confortados de que el impacto de los 5.000 millones de provisiones de JPMorgan no borren al banco de esta lista.Por Antony Currie

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