Funcionalidad e historia en Gaes
Antonio Gassó dirige la firma de audífonos a la espera de estrenar una nueva sede
Gaes, como muchas grandes empresas, es un negocio que empezó por casualidad. Era 1949 y Juan Gassó Bosch (1921) recibió, de parte de su amigo Carlos Cruañas (que con el tiempo fundaría General âptica), el encargo de traer desde Londres un audífono de la marca Belclere que no podía encontrarse en España. Gassó acudió a la fábrica en Oxford y, a pesar de su desconocimiento del sector, le propuso a su director distribuir sus aparatos en España. A su vuelta a Barcelona, invitó a su amigo José María Espoy a participar en el proyecto. Espoy aceptó y nació Gaes (de la combinación de las primeras sílabas de los apellidos), una empresa pionera en el sector. Hoy, 59 años después, la firma dirigida por Antonio, hijo de Juan, cuenta con 468 tiendas repartidas entre España, Portugal, Italia, Turquía, Chile, Argentina y México, y emplea a 1.700 personas.
Antonio Gassó (Barcelona, 1968) se incorporó a la empresa hace 20 años, cuando sólo contaban con cuatro puntos de venta. Asegura que nunca le generó rechazo la idea incorporarse al negocio familiar. 'Mi padre supo transmitirnos el entusiasmo por lo que hacía y nos dio la oportunidad de que cada uno se enmarcara en lo que más le motivaba. Además, yo he vivido esta empresa desde pequeño, desde dentro, de una manera muy especial', explica.
Antonio es el pequeño de los cuatro hijos que tuvo Juan. Los otros tres también están involucrados en la compañía: en el departamento comercial, en el family office y en la creación de una fundación. Una representación de la familia del otro socio fundador, José María Espoy, continúa en el consejo de administración
'Hasta ahora se han mirado más las aptitudes que las actitudes a la hora de seleccionar, y no debería ser así'
La sede que Gaes tiene en el barrio de Poble Nou, en Barcelona, es el reflejo del gran crecimiento que ha vivido la empresa: espacios que se han ido añadiendo a otros espacios en un esquema de ampliación continua. Ahora la compañía está construyendo un edificio de cinco plantas al lado de su ubicación actual y ambas instalaciones quedarán unificadas por una fachada común. El traslado está previsto para el año que viene y supondrá el estreno de un nuevo despacho para Antonio Gassó. El que tiene ahora es un espacio funcional, con dos de las cuatro paredes acristaladas y dominado por la mesa de trabajo y la que utiliza para algunas reuniones. 'Un despacho tiene que ser práctico y ágil', explica, aunque da la sensación de que piensa ya más en el nuevo que en el que ahora ocupa. 'Como todo, el edificio es nuevo, desde los cimientos, tenemos la oportunidad de hacerlo todo a nuestro gusto. Tenemos claro que nuestra nueva sede tiene que transmitir una imagen de modernidad, de una empresa de alta tecnología que invierte en I+D'. Una parte de las instalaciones actuales de Gaes está dedicada a la fabricación de audífonos propios, una actividad que no se trasladará al nuevo edificio.
Es difícil definir la jornada laboral tipo de Antonio. 'Es más uniforme la hora de llegada por la mañana, después de pasar un rato con mis hijos, de ocho y seis años'. La hora de salida es muy flexible, 'a veces puede ser a las cinco, pero también hay días que a las nueve y media todavía estoy aquí'. Está recién llegado de un viaje de una semana y media a EE UU, donde ha asistido a congresos y visitado proveedores. 'æscaron;ltimamente viajo una semana y paso otra aquí, pero es un esquema variable'.
A su juicio, una de las claves de la dirección es saber delegar. Asegura hacerlo habitualmente y tener la gente adecuada para hacerlo. 'Las personas son mucho más importantes que la imagen corporativa o que el propio producto y las tiendas', explica, 'tenemos la obligación de intentar atraer el máximo talento posible, ofreciéndoles una carrera y formación y la oportunidad de sentirse involucrados'.
Considera que hasta ahora se ha seleccionado mucho por currículum y por conocimientos, más que por actitud, y que no debería ser así. 'Los conocimientos los damos por supuestos, pero queremos gente honesta, motivada por el proyecto y con espíritu de equipo y liderazgo'.
El símbolo de la aventura: una moto
Hay, entre todos los objetos que decoran el despacho de Antonio Gassó, uno especialmente simbólico. Se trata de la réplica de la moto con la que su padre, Juan Gassó, empezó a recorrer España vendiendo audífonos en 1949. A la moto, una Ossa de 125 centímetros cúbicos, se le perdió la pista hasta que Mertixell Margarit, la autora de una biografía de Juan Gassó, que la había visto fotos, la localizó en una fábrica de cartón del casco antiguo de Barcelona, a donde había acudido para realizar una entrevista para el libro. 'æpermil;sta', explica enseñándola Antonio, 'es una miniatura que hicimos como premio para empleados que consiguen determinados objetivos, la original la tengo en mi casa y ocupará un lugar destacado en el nuevo edificio'. Otro de los objetos con historia, o que al menos requieren una explicación, es una figura redonda que se llama daruma. 'Es un muñeco que representa un viejo monje budista'. Tiene la misión de recordar metas que hay que conseguir. 'Se le pinta un ojo y se queda mirándote todo el día; cuando cumples la meta, puedes pintarle el otro'.