Más competencia en 'telecos'
Los procesos de liberalización no siempre llevan aparejada una caída de precios, como han comprobado muy a su pesar los clientes de las compañías energéticas en los países con mayor apertura de mercados. Por eso resulta reconfortante que el informe anual de la Comisión Europea sobre el sector de las telecomunicaciones, presentado ayer en su decimotercera edición en Bruselas, constate por enésima vez una caída en las tarifas. En telefonía móvil, el descenso medio durante 2007 fue del 14%, gracias a la creciente competencia entre operadoras -en España ya hay cuatro con red propia y siete operadores virtuales-. Y donde el mercado no funcionaba, como en los servicios internacionales de itinerancia, el famoso roaming, la oportuna actuación de la comisaria europea de Sociedad de la Información, Viviane Reding, aplicó por vía reglamentaria una rebaja de precios del 60%.
La receta de libre competencia más intervención quirúrgica de las autoridades, por tanto, parece estar funcionando. Frente a los agoreros que anuncian una sequía de capital en el mercado europeo de las telecomunicaciones por falta de seguridad jurídica, las inversiones crecieron el año pasado por quinto año consecutivo hasta los 50.000 millones de euros. Y Bruselas prevé un repunte mayor del gasto en infraestructura a partir de 2009, cuando las operadoras de móvil apuesten definitivamente por ofrecer servicios de banda ancha.
Pero estos datos positivos no deben ocultar que persisten problemas. Los operadores no dominantes siguen sin alcanzar cuotas de mercado significativas, especialmente en telefonía fija. Y persiste el retraso de la UE frente a EE UU en el despliegue de banda ancha, una infraestructura crucial para el crecimiento económico futuro y para la creación de empleo en los países desarrollados. Y lo malo es que en esta área España está incluso por debajo de la media europea. Lo bueno es que ya se sabe la respuesta a ambos problemas: más competencia y vigilancia estrecha del regulador.