Kelme cede a los acreedores un suelo que no ha podido vender para salir de la crisis
El plan de viabilidad de Kelme diseñado por el Instituto Valenciano de Finanzas se complica. El parón inmobiliario ha imposibilitado el proyecto de vender un terreno propiedad de la empresa para reducir la deuda.
Kelme sufre el parón del sector inmobiliario. El plan que diseñó hace meses el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), acreedor de la compañía y promotor del fondo de capital riesgo Tirant que aspira a comprar la empresa, se basaba en una operación urbanística que se ha visto de momento frustrada por la falta de interés de los promotores inmobiliarios.
Durante todo el día de ayer se produjo una reunión en la que se acordó separar el plan inmobiliario del futuro de la actividad propia de la compañía al no poder llevar adelante la estrategia prevista inicialmente.
Según anunció ayer el IVF en un comunicado, los principales acreedores de Kelme, entre ellos Bancaja y CAM y la familia Quiles se quedarán con las casi dos hectáreas de suelo que la compañía tiene en Alicante. La operación se realizará con la creación de una empresa separada, que se quedaría este patrimonio inmobiliario, mientras que Kelme, que rebajaría su deuda de 47 millones de euros, pasaría a ser propiedad del fondo Tirant.
El nuevo camino para la salida de la crisis de la histórica compañía de prendas deportivas pasa por una junta de accionistas que se convocará para aprobarlo.
Con este plan, se retrasa para un futuro en el que la coyuntura sea mejor la posibilidad de utilizar este suelo. El objetivo inicial de IVF era cambiar este suelo, el humedal de Agua Amarga, que está protegido y sobre el que no se puede construir, por edificabilidad en otras zonas de Alicante que Kelme vendería a promotores que tuvieran proyectos sobre solares de su propiedad. Es decir, las constructoras podrían aumentar la altura de los edificios proyectados con la autorización del Ayuntamiento, que se quedaría con el paraje, y Kelme recibiría fondos con los que saldar la deuda. La idea era obtener unos 60 millones de euros por esta operación.
Sin compradores
Sin embargo, según fuentes de la familia Quiles, ninguno de los promotores a los que se ha ofrecido esta opción han aceptado, ante las dificultades que atraviesa en estos momentos el mercado inmobiliario.
La relación entre la familia Quiles y el IVF ha sido tensa desde el primer momento. El organismo público asumió la gestión de la compañía en 2002 y tiene los derechos políticos. Hace unos meses incluso se apartó totalmente a la familia del consejo de administración al producirse enfrentamientos con el director nombrado por el IVF.
Tras meses de negociaciones, los fundadores aceptaron la propuesta de futuro de la sociedad, que incluía recibir seis millones de euros por dejar completamente la compañía. Sin embargo, tras haberse frustrado el plan inmobiliario, la familia no descarta volver a intentar recuperar la gestión. Este extremo es muy complicado, ya que sin el apoyo del IVF es muy difícil que Kelme tenga viabilidad. Al margen de las fuertes cargas financieras, la compañía precisa de una inversión, que el fondo Tirant estima en 12 millones, para su relanzamiento.