EE UU confirma un crecimiento de sólo el 0,6%, la menor tasa en cinco años
La depreciación del dólar y el empuje que está suponiendo para la balanza comercial de EE UU es la mejor noticia de las cifras del PIB del cuarto trimestre de 2007.
La segunda revisión presentada ayer, deja el ritmo de crecimiento del PIB en apenas un 0,6%, el menor ritmo en cinco años. Es el mismo anémico dato que hace un mes, no obstante, la mayor parte de las variables más importantes que contribuyen al crecimiento registraron unas bajadas más acusadas que en la primera estimación. La inversión residencial cayó un 25,2% frente al 23,9% inicialmente calculado lo que resta un punto y cuarto porcentual del PIB. La inversión de los consumidores creció a finales de año un 1,9% cuando antes se calculaba que sería un 2% y los inventarios se rebajaron tres veces más de lo que se pensaba en enero.
El lado positivo lo presenta la rebaja del déficit comercial que permitió anotar 0,9 puntos porcentuales al PIB. En el primer cálculo, sólo había aportado 0,4 puntos. Las cifras no solo son malas porque estén alejadas de las previsiones de los analistas, que esperaban que la revisión elevara el dato al 0,8%, sino porque además eliminado el comercio exterior la economía habría registrado un crecimiento negativo. La última vez que esto ocurrió fue en 2001 y la economía estadounidense estaba en recesión. El mes que viene llegará la última y definitiva revisión del PIB.
Ayer tanto el presidente del Gobierno, George Bush, como el de la Fed, Ben Bernanke, descartaron la idea de que el país estuviera en recesión. Bernanke expuso en el Senado su informe económico semestral, algo que ya hizo el miércoles en la Cámara de Representantes y aunque no admitió el término recesión sí que hizo mención a que la situación ahora es algo más complicada que en 2001 porque entonces había condiciones fiscales y monetarias más benévolas. Para empezar había un superávit, algo que ni siquiera se prevé ya en años.
Bernanke volvió a repetir su intención de rebajar más los tipos si es necesario, pese a que el IPC no deja de crecer. Para el presidente de la Fed este aumento de los precios por las tensiones del petróleo y los alimentos, es temporal y EE UU no está bordeando la temida estanflación (bajo crecimiento con elevada inflación).