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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Entorno más duro para la banca

Una vez más, los resultados del sistema financiero español, en contraste con una parte de sus competidores extranjeros, dejan patente su profesionalidad y seriedad. Es una recompensa a sus esfuerzos por ganar dinero mediante una práctica bancaria clásica frente a otras entidades que han optado por experimentos financieros de resultados tan rápidos como dudosos. En conjunto, la gran mayoría de los bancos y de las cajas españoles ha obtenido crecimientos superiores al 20% en un año en que otras entidades han visto saltar por el aire sus cuentas de resultados a causa de las hipotecas subprimes.

Los cinco grandes -Santander, BBVA, La Caixa, Caja Madrid y Banco Popular- obtuvieron en 2007 unos beneficios conjuntos de 21.800 millones de euros, un aumento del 25%. No obstante, la Bolsa está castigando a la banca española, con toda probabilidad injustamente, como apuntó ayer el presidente de Santander, Emilio Botín, durante la presentación de resultados de la entidad. En medio de la vorágine bursátil que ha penalizado a los valores del sector de construcción -por la desaceleración inmobiliaria- y de la banca -por las turbulencias financieras internacionales-, los bancos españoles han sido medidos con el mismo rasero que sus competidores extranjeros atrapados por las subprimes. En este sentido, el mensaje del banquero es acertado al sumarse a las peticiones a los bancos internacionales con dificultades de un 'esfuerzo de transparencia'.

Con respecto a este ejercicio, los banqueros españoles mantienen posturas que van desde el optimismo de Santander hasta la visión con nubes que destaca el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa. Pero nada de catastrofismos, pues aunque la desaceleración económica reducirá los ritmos de crecimiento de los beneficios de las entidades, éstos seguirán creciendo. Las previsiones de las cinco grandes rondan el 15% de incremento e, incluso, se mantienen los cálculos para los tres próximos años.

Es innegable, sin embargo, que el entorno será más duro. Jean-Claude Trichet dejó entrever ayer mismo que la situación económica es ahora más preocupante, por lo que se descartan subidas de tipos por parte del BCE como ha venido defendiendo hasta el último mes. Los mercados, de hecho, se preparan para futuros recortes. Una consecuencia destacable en este marco más negativo es para la banca el aumento de la morosidad, como ya se ha detectado en el último trimestre. En el caso de los cinco grandes, cuatro ya rozan el 1%. Sin embargo, Botín fue ayer determinante al afirmar que en ningún caso se ha cerrado el grifo del crédito, con una afirmación palmaria: el negocio de los financieros es prestar dinero. Por supuesto, con la solvencia y las garantías necesarias.

Esta crisis financiera mundial puede tener también su parte positiva, desde la óptica de que premiará a las entidades gestionadas con más rigor y prudencia. En este sentido, también puede abrir oportunidades a operaciones corporativas que la banca española, en mejor situación financiera que las de otros países, puede aprovechar.

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