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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El difícil relevo de la industria

Los datos del paro conocidos el lunes confirmaron que la crisis inmobiliaria se está dejando notar negativamente en el empleo. Desde el Gobierno se ha defendido que el ajuste en la construcción residencial era previsible e incluso deseable. Y eso tiene sentido, pues no se podían mantener ritmos semejantes sin desequilibrios. Sin embargo, el axioma tenía como segunda premisa que el empleo destruido tendría acomodo en otros sectores más pujantes, en especial, el industrial.

Pero por medio se ha cruzado una crisis crediticia internacional, surgida en EE UU, que ha cerrado el grifo de la liquidez a las familias y a las empresas. El efecto sobre la economía europea y también la española ha sido más rápido de lo previsto, y a tenor de los últimos datos conocidos de empleo -EPA del cuarto trimestre y registro de desempleo y de Seguridad Social de enero- la desaceleración no sólo se está centrando en el sector inmobiliario, sino que empieza a dejarse notar en los servicios y en la industria.

Los datos de producción industrial de 2007 difundidos ayer por el INE vienen a confirmar los malos pronósticos. El año pasado la producción manufacturera creció un 1,9%, la mitad de lo que venía haciendo un año antes. Pero, si el descenso en el crecimiento anual es importante, la tendencia mensual es alarmante, pues en noviembre y diciembre se produjeron inclusive caídas (el último mes un 2,4% en tasa interanual). Eso explica por qué el sector industrial destruyó más de 40.000 empleos en 2007, según la EPA.

No parece, pues, que esta actividad muestre vigor suficiente para absorber las pérdidas de empleo en la construcción residencial, y en el sector inmobiliario en su conjunto. Los indicadores industriales vienen anunciando desde hace varios meses que el sector no está en condiciones de tomar el relevo, por lo que ya se deberían haber adoptado -o al menos estudiado- medidas contra la destrucción de empleo en la construcción.

Con todo, las perspectivas de las empresas industriales son mejores para el primer trimestre, según se recoge en la Encuesta de Coyuntura Industrial que elabora el Ministerio de Industria. Los empresarios declaran que sus carteras de pedidos son mayores que las de los últimos meses de 2007, tanto en el mercado interior como para la exportación. Sería una buena noticia que el índice de producción industrial repuntase en los próximos meses, aunque hay que esperarlo con cierta cautela. El mercado interior ya se está resintiendo de un consumo menor, y de hecho los índices de confianza muestran sus peores registros. Y en el exterior, la fortaleza del euro y la propia debilidad de otros países no ofrecen una buena perspectiva para los exportadores españoles.

El impacto de este panorama sobre los mercados no es optimista. Las Bolsas mundiales se resintieron ayer con fuerza ante nuevos -y malos- datos económicos. La de Madrid fue la peor parada de las europeas, y el Ibex bajó a 12.814,7 puntos, una caída del 5,2%, la segunda mayor desde septiembre de 2001. Las constructoras -muy afectadas por la crisis hipotecaria de las subprime- y los bancos fueron los valores más castigados en todas partes, y ambos sectores pesan en Madrid mucho más que en otros índices europeos.

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