Entre la recesión y la desaceleración
Las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) son optimistas para EE UU, pero pesimistas para el resto de las economías avanzadas. EE UU evitará la recesión, pero Europa y Japón tendrán un recorte notable de sus estimaciones de crecimiento para este año, entre otras cosas por la alargada sombra de la primera economía del mundo. La onda expansiva de la crisis inmobiliaria y financiera generada en Norteamérica afectará por igual a todas las economías desarrolladas, pero podrán sortear la crisis si los bancos centrales mantienen el grifo de la liquidez como en los meses pasados.
Los funcionarios del Fondo Monetario que comparecieron ayer para comentar las perspectivas económicas y financieras, Simon Johnson y Jaime Caruana, evitaron en todo momento pronunciar las palabras crisis y recesión, en un escenario mucho más moderado y armonioso que el que el jefe de ambos había pintado en Davos la semana pasada, y en el que reclamaba la intervención de los Gobiernos con programas de gasto. Este mensaje, inaudito en un gerente del FMI, hace pensar que los acontecimientos negativos en el escenario financiero mundial no han concluido y que podrían poner en cuarentena las estimaciones revisadas ayer.
Sólo así tiene explicación una política monetaria tan agresiva como la que la Reserva Federal ha llevado a cabo estas semanas, con una bajada de los tipos de interés de 0,75 puntos, y la expectativa de una nueva reducción hoy mismo, para colocarlos en el 3%.
Debemos confiar en que la Fed decida en función de criterios objetivos de actividad (ciertamente debilitada) e inflación (la más alta en lustros), y no bajo la presión agobiante de los mercados, ante los que ya dobló la rodilla la semana pasada. Pero parece que haga lo que haga, y tengan las medidas fiscales de Bush el calado que tengan, no evitarán la contracción de la actividad, porque no se cambian las expectativas de los agentes privados tan rápidamente y porque los efectos negativos de la crisis financiera e inmobiliaria sobre los agentes privados no parece que hayan terminado.