La brecha de los salarios y la productividad
El coste laboral unitario crece el triple en España que en la zona euro
Patronal y sindicatos acaban de firmar el Acuerdo de Negociación Colectiva para 2008, cuyo principal activo es supuestamente que los negociadores de los 5.000 convenios colectivos existentes pacten salarios moderados para más de diez millones de trabajadores. Ese es, al menos, el principal logro de estos acuerdos que vienen firmándose anualmente desde 2002.
Atendiendo a los datos oficiales del Ministerio de Trabajo durante 2007 la subida salarial media pactada en los convenios es del 2,89%. Esto a todas luces se corresponde con la moderación salarial que las cúpulas patronales y sindicales pregonan. Sin embargo, los costes salariales globales -que incluyen cotizaciones, deslizamientos salariales, atrasos, finiquitos e indemnizaciones por despido- y que, al fin y al cabo deben abonarse en su totalidad, no guardan esta misma moderación. De hecho, si se tienen en cuenta dichos costes extra salariales, el coste laboral en España creció un 4,2% en el tercer trimestre del año.
Esto no sería tan relevante en la actual situación económica si no fuera porque los costes laborales son un factor clave en la competitividad de las empresas y, sobre todo, en relación con el resto de los países competidores, donde los costes laborales avanzan mucho menos, a pesar de que algunas de estas economías partan de una foto fija inicial con costes laborales más elevados.
Si bien, desde una perspectiva temporal, la clave de la competitividad en materia de costes laborales, son los costes laborales unitarios, que es lo que cuesta elaborar una unidad de producto. En este caso, España también sale perdiendo y con creces.
Según los últimos datos del Banco de España, estos costes crecieron un 3% en el tercer trimestre del año, lo que supone más del triple que lo que avanzaron en la zona euro (0,8%). Es más, esta circunstancia es acumulativa y viene ocurriendo trimestre a trimestre, al menos en los últimos cuatro años.
Uno de los principales causantes de que esto ocurra son los salarios, que a pesar de registrar avances moderados en el caso de España, también crecen más que en la zona euro. Pero, sobre todo, el principal factor que erosiona la competitividad en toda esta ecuación, es la menor productividad de la economía española.
Mayores diferencias en 2006
Así, los salarios podrían soportar mayores avances en España que los de sus países competidores si esto estuviera impulsado por una mayor productividad. Pero esto tampoco ocurre así, ni se ha producido en los últimos años.
Teniendo en cuenta ejercicios completos, la productividad de la zona euro siempre ha sido superior a la española desde 2004. La brecha fue especialmente significativa en 2006, cuando la productividad creció en los países de la Unión Monetaria (1,3%), prácticamente el doble que en España (0,7%). Y, sin embargo, los salarios españoles subieron un 3% el pasado año y los de la zona euro, un 2,2% (incluyendo los españoles, que suben la media).
En 2007 esta erosión competitiva se ha notado especialmente, ya que con avances similares de la productividad -0,8% en España y 0,7% en la zona euro en el último trimestre-, los sueldos españoles han subido un 3,7% y los de la zona euro, un 1,5%.
Temor a la subida del salario mínimo
La industria no es precisamente la que registra mayores aumentos de los costes laborales, pero si es la más productiva. Quizás por eso, la patronal del metal (Confemetal) ha puesto las espadas en alto ante la posibilidad de que el salario mínimo suba un 8% anual durante los próximos ocho años, como proponen los sindicatos. 'Esta subida, producirá un incremento de los costes laborales unitarios, deteriorándose nuestra posición competitiva; más inflación, más problemas en la negociación colectiva; y más problemas de crecimiento económico y de creación y mantenimiento del empleo', advierte Confemetal.