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El deterioro de la competitividad

Sólo la industria mitiga el diferencial de IPC con Europa

El diferencial de inflación de España frente a la zona euro se ha agravado en los últimos meses. A este comportamiento, que lastra la competitividad empresarial, sólo escapan los bienes industriales no energéticos. La escasa apertura a la competencia internacional explica los fuertes diferenciales en servicios y alimentos elaborados.

Sólo la competencia sirve para contener los precios. La vieja máxima de la teoría económica se ve confirmada en el análisis sectorial de la inflación española. Entre los grandes grupos de bienes y servicios, sólo los productos industriales (los más abiertos a la competencia internacional) mantienen un buen comportamiento. Los otros dos grandes capítulos ­alimentos y servicios­ registran fuertes aumentos de precios, muy superiores a los vigentes en la zona euro.

Los datos más recientes publicados por el Banco de España, correspondientes a noviembre, dejan poco espacio para las dudas. Los productos industriales no energéticos, muy sometidos a la competencia internacional, apenas se encarecieron un 0,4%, siete décimas menos que en la zona euro. Esta ventaja competitiva choca con el resto de los epígrafes analizados: el más sangrante es el de los alimentos elaborados, donde la subida de precios (8,2%) está cerca de doblar a la de la zona euro. En los alimentos frescos el diferencial es menor, aunque también desfavorable para España (4,4% frente al 3%).

El sector que más ha influido en la subida de precios de los últimos meses, la energía, registra un comportamiento similar al europeo. En noviembre, los precios energéticos crecieron en España un 10,6% interanual, nueve décimas más que en la Eurozona. En la primera mitad del año, cuando el efecto base el petróleo tenía sentido favorable, España registraba caídas de precios en este apartado, mejorando el resultado europeo. Cuando la situación empeora, la mayor dependencia energética española lleva a una mayor incidencia sobre los precios.

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Pero el componente que más perjudica la competitividad vía precio de España es el de los servicios. En ese sector, que concentra dos tercios del PIB, os diferenciales son permanentes. En noviembre, el IPC de los servicios crecía un 3,9%, por un 2,5% en la zona euro. En lo que va de año, el diferencial medio de los servicios es de 1,7 puntos, mientras que en el conjunto del IPC se limita a seis décimas. La clave, una vez más, es el limitado impacto de la competencia internacional en un sector mayoritariamente cerrado. La implantación de la controvertida directiva de servicios de la Comisión Europea pretende poner coto a esta situación.

El diferencial de inflación subyacente es aún más elevado

En los nueve años transcurridos desde la entrada en vigor de la Unión Económica y Monetaria, el diferencial medio de IPC armonizado (el que utiliza Eurostat a efectos comparativos) ha ido de 9,5 décimas desfavorable para España, lo que ha supuesto un drenaje continuo a la competitividad frente a los principales socios comerciales.Pero el desgaste histórico ha sido más fuerte en la inflación subyacente. En esta variable, que no toma en cuenta los productos más volátiles (energía y alimentos frescos), el diferencial medio desde 1999 es aún peor para España, al situarse en un punto. Ese diferencial ha sido claramente superior al del IPC general hasta hace apenas dos años. Desde 2005, inflación general y subyacente han registrado diferenciales similares frente a la zona euro.

Los altos precios llevan a Trichet a excluir un recorte de tipos

La escalada inflacionista tiene un corolario claro para el Banco Central Europeo: no hay margen para reducir los tipos de interés. Ni siquiera, cuando la incertidumbre desatada por la crisis crediticia amenaza a la fase expansiva de la zona euro. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, afirmó ante el Parlamento Europeo que el Consejo de Gobierno ¢se debe mantener alerta¢ para controlar la inflación, y que ¢en esa dirección, el nivel de tipos de interés es el adecuado¢. Y eso, en el día en que el índice IFO de confianza empresarial caía a su mínimo en casi dos años (103 puntos). Las ayudas ante la crisis crediticia, de momento, van por otro lado; el BCE le prestó el martes a los bancos de la zona euro 348.600 millones de euros para aplacar las preocupaciones financieras de fin de año.

Las claves. Competencia y precios

● Los bienes industriales no energéticos se encarecen un 0,4%, por un 1,1% en la zona euro.● Los servicios se encarecen 1,4 puntos más que en la zona euro.

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