Galileo, tiempo de inyectar realismo
La navegación por satélite está desempeñando un papel crucial y cada vez mayor en nuestra sociedad y hoy es bastante obvio que los distintos sistemas de navegación por satélite operarán de forma simultánea en un futuro. Europa ha participado siempre de forma muy activa en el mundo de la navegación por satélite y, pese a todos los obstáculos a los que se enfrenta actualmente el Programa Galileo, el interés de Europa por la navegación por satélite no deja de crecer.
Si bien es cierto que el Programa Galileo está atravesando nuevamente por un momento difícil, es también cierto que en los últimos años se han logrado importantes avances. El desarrollo de Galileo desde el punto de vista industrial progresa a buen ritmo y en este momento se están dando los pasos necesarios para cerrar el diseño de la mayor parte de los subsistemas, lo que abre la vía para comenzar la fase de producción. Por otra parte, los datos recibidos del primer satélite de prueba del sistema Galileo, el Giove-A, están mejorando el conocimiento de las características del sistema, y el lanzamiento de nuevos satélites de prueba previsto para los próximos meses permitirá probar nuevas tecnologías, tanto de señal como de relojes.
Muchos de los problemas que el Programa Galileo sufre en la actualidad tienen su origen en una serie de decisiones excesivamente optimistas y entusiastas que se adoptaron al comienzo del programa:
l Un difícil equilibrio entre objetivos, calendario y costes del programa. Se han establecido objetivos muy ambiciosos para Galileo que no han tenido debidamente en cuenta las limitaciones del presupuesto disponible, ni las dificultades para cumplirlos dentro del calendario establecido. La suma de estos factores ha colocado a la industria europea en una difícil situación.
l La dirección del programa está repartida entre diversos grupos institucionales e industriales. Esta situación ha creado confusión en algunas ocasiones, debido a la falta de una entidad que se sienta claramente responsable, en última instancia, de todo el programa. Esta situación es, en parte, consecuencia de otro compromiso demasiado optimista: la alianza entre el sector público y el privado.
Ha llegado el momento de inyectar algo de realismo en el Programa Galileo y diseñar un programa creíble en cuanto a sus objetivos, calendario y costes. Es igualmente imprescindible definir un claro esquema de gestión del programa, ya que la nueva estructura de gestión debe ser mucho más pragmática y estar claramente orientada a las necesidades de los usuarios finales. Mientras en Europa nos perdemos discutiendo acerca del último detalle tecnológico sin importancia, otros sistemas continúan progresando, y poco a poco la opción europea va perdiendo credibilidad internacionalmente. Las instituciones y la industria europeas siguen teniendo un fuerte interés por Galileo, al que consideran clave para el desarrollo de infraestructuras de transporte en Europa. Este fuerte interés debería servir de acicate a todos los participantes para superar los obstáculos y sentar las bases para que el Programa Galileo sea una realidad dentro de unos pocos años.
Miguel Romay Merino. Director de la Unidad de Negocio GNSS (Global Navigation Satellite System) de GMV